La incapacidad de
del típico macho dominicano para aceptar o manejar la ruptura de una relación y
dar paso a nuevos horizontes en sus relaciones sentimentales está conduciendo a
cada vez más a tragedias en la sociedad dominicana. Entre los hechos más
recientes se pueden citar los casos de un hombre que asesinó su pareja y luego
fue quemado vivo por una multitud de enardecidos vecinos que persiguieron hasta
el lugar donde intentó esconderse. Pero como si la locura necesitara
llegar más lejos, otra tragedia envuelve a otro hombre que la noche del sábado
mató a un vigilante privado al que despojó de una escopeta y hirió a dos hijos
de su ex concubina, a la que buscaba para asesinarla. Jarur Cerrano Báez,
de 33, años fue herido por una patrulla policial para apresarlo y someterlo a la
obediencia en un hecho ocurrido en el sector Sabana Perdida, Santo Domingo
Norte. Jarur Cerrano Báez ultimó a Manuel Emilio de Jesús, de 57 años, e
hirió a Yonatan de la Cruz Castillo, de 23 años, y a su hermana la menor Yuli de
la Cruz Castillo, de 15, ambos hijos de María Francisca Castillo, de 42, a quien
intentaba asesinar utilizando una escopeta Mossberg, calibre 12. Otra
tragedia que evidencia la incapacidad en que ha caído el tópico macho dominicano
para manejar una relación o aceptar la ruptura de esta fue el hecho en que un
segundo teniente del Ejército Nacional mató a su concubina, sargento de la misma
institución, y luego escapó con una niña de 18 días de nacida. El hecho
ocurrido en El Callejón C, parte atrás, del sector Enriquillo de Herrera, en
Santo Domingo Oeste ha consternado a los vecinos de la zona y la sociedad
dominicana. Nuris Rodalina Guzmán, de 37 años, fue asesinada de un
disparo a la cabeza por su concubino, el segundo teniente Germán Pina Ruiz,
quien tan pronto cometió el crimen emprendió la huida, cargando en sus brazos
con la niña. Posteriormente, una patrulla de la institución hizo contacto
con el homicida, pero escapó al amenazar con disparar al infante. En otro
hecho ocurrido la semana pasada, y muestra los niveles de desesperación en que
está cayendo la sociedad dominicana con el tema de los faminicidios es el caso
en que una multitud quemó vivo dentro de una casucha a un hombre que violó y
mató a una mujer en la comunidad La Loma El Lano, de Yamaza, y que se mantuvo
escondido hasta que fue ubicado por moradores de esa zona. Pedro de la
Cruz murió a causa de quemaduras en el ciento por ciento de su cuerpo, en el
interior de una casucha de yagua, donde se mantuvo escondido luego de matar por
heridas de arma blanca a Teresa Severino, en circunstancias que investiga la
Policía.
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