lunes, 26 de noviembre de 2012

Con lágrimas de sangre, ingeniera pide a agresores no dañar a otra persona

“Yo no quisiera que esos delincuentes le hagan algo similar a otra gente, yo  tampoco soy una gente de ojo por ojo, no es un asunto de vamos a salir a matarlos, pero él (su agresor) no lo pensó, yo ni siquiera tuve tiempo”, con estas palabras la joven ingeniera Francina Hungría clama por justicia. Con una valentía envidiable, dijo que todo ocurrió en cuestión de segundos, y que espera que con su caso se haga justicia para que los responsables no le hagan daño a otra persona. Explica que no vio el arma cuando su agresor, de forma cobarde, le pidió detener el vehículo en el que se desplazaba. “Como es una persona que me está diciendo detén el vehículo, un extraño yo simplemente aceleré y en ese momento él sacó el arma y me disparó sin pensarlo”. Francina teme perder la vista porque ama su trabajo, aunque asegura confiar en el Todopoderoso y los médicos que le atienden. “Esto ha sido un poco duro, porque ayer me enteré que ya no tengo ojo derecho y soy una gente que amo mi trabajo y mi temor es no volver a trabajar, pero los doctores están luchando para salvar mi otro ojo”, indicó mientras por sus mejillas bajan lagrimas de sangre como muestras de su dolor. Padeciendo y lamentando su situación, la profesional se aferra a su creencia en Dios para aceptar lo que le ha ocurrido. “Todavía no hemos asimilado esto que me ha pasado a mí. Ahora la tarea mía es aceptar que yo no tengo ojo derecho”, adujo. Su madre Iluminada Hernández pidió a las autoridades enfrentar de forma efectiva la delincuencia que afecta el país. “La justicia, que pongan control, que cojan el control porque si no controlan esto, van a ocurrir muchos casos como el de Francina”, dijo visiblemente dolida y triste por la situación que afecta a su primogénita.

Fuente : El Caribe

Ingeniera herida : “Me incorporé, levanté los brazos y grité: no estoy muerta, por favor, ayúdenme”

UNA INGENIERA TIROTEADA EN PLENA CALLE EN PIANTINI, AL MEDIODÍA DEL VIERNES, QUIERE CONOCER Y DARLE LAS GRACIAS AL HOMBRE QUE LE SALVÓ LA VIDA 

Alicia Estévez
 
Santo Domingo .- “Me incorporé, levanté los brazos y grité: no estoy muerta, por favor, ayúdenme”, esa frase desesperada es de la ingeniera Francina Hungría, quien perdió el ojo derecho luego de que un asaltante, que huía tras cometer un atraco, le diera un disparo en la cabeza para quitarle su vehículo. La joven regresaba  a su trabajo tras adquirir materiales de construcción en una ferretería cercana a la obra donde labora en el ensanche Piantini. Desde su lecho en la clínica Abel González, con voz a veces firme, otras entrecortada o ahogada por el llanto, Francina contó que cuando los atracadores le dispararon y la sacaron de su vehículo lanzándola al suelo “como si fuera un animal”, ella escuchaba  la gente decir: “Está muerta, está muerta,” entonces reaccionó. “Me incorporé, levanté los brazos y grité: no estoy muerta, por favor ayúdenme”. Dice que un hombre la recogió del asfalto, la subió en su vehículo y junto a una señora la llevó hasta la clínica. “Escuché a la señora gritando que se quitaran que llevaban un herido”. Dijo que nunca perdió el conocimiento y que también escuchó a su salvador insistir ante los médicos de la clínica para que le salvaran la vida. La joven ingeniera, de apenas 28 años, no conoció a esa persona que le ayudó y le gustaría darle las gracias. “No lo conocí, no sé quién es, me gustaría agradecerle por lo que hizo”. Hungría explicó que acostumbra a visitar una pequeña ferretería que está ubicada en la Gustavo Mejía Ricart donde adquiere materiales de construcción cuando no se trata de grandes pedidos. “Puedo ir allí hasta cinco o seis veces al día. Está a cinco minutos de mi trabajo.” Dijo que el viernes, a la 1:05 de la tarde, fue a comprar los materiales porque iba a salir más temprano debido a que su novio, que vive en Estado Unidos, se encontraba en el país. Dijo que el delincuente que le disparó estaba huyendo, luego de cometer un atraco, y que le ordenó que se detuviera. Explica que el hombre no la amenazó con el arma. “Nunca vi el arma”.  Dice que  el ataque ocurrió en fracciones de segundo: ella aceleró y entonces él le disparó, la sacó del vehículo y la lanzó al pavimento.La única vez que Francina sonrió durante la entrevista, que concedió  a través del teléfono al programa “El Zol de la Mañana”, fue  cuando le preguntaron si es cierto que se iba a casar. Respondió que no. Que esa versión podía se producto del hecho de que iba en camino de recoger a su novio, quien ya se marchó porque tiene fuertes compromiso de trabajo en estados Unidos.  “Él se quería quedar pero le dije que no, que ahora que yo no puedo trabajar, es necesario más que nunca que él preserve su trabajo. Además, si luego voy a ir a atenderme allá, es importante poder contar con él”. En cuanto a ese viaje al exterior, que había considerado su familia para que  reciba atenciones por la herida sufrida, tendrá que ser pospuesto pues sus médicos aquí temen que la presión del avión dañe el ojo que quedó en mejores condiciones. Francina no pudo seguir hablando porque estaba sangrando por la nariz por el balazo recibido. El médico que la atiende, que la conoce desde que era una niña, dijo que la bala le atravesó el ojo derecho y le afectó el izquierdo pero que no sufrió ningún daño cerebral. Aspira a poder recuperar y preservar la visión del ojo izquierdo. En el sector Piantini, en la mañana de este lunes, los dueños de establecimientos comerciales de la zona y clientes conversaban sobre lo ocurrido. La agresión contra la ingeniera, a pleno día y en una avenida principal llena de gente, ha generado mucho temor.
 
Fuente : Listin Diario