NUEVA YORK._ Raúl Barrera, un publicista y relacionista público de una empresa de la industria de la moda, fue sentenciado este martes en la Corte Suprema Estatal por el asesinato de su novia, Sarah Coit, una millonaria estudiante de Hunter College y nativa de Connecticut. Barrera se declaró culpable por el salvaje homicidio, asestándole 24 puñaladas a la víctima, además de decapitarla. El crimen lo perpetró en medio de una discusión con la mujer en un apartamento de la calle Clinton en el Bajo Manhattan, el 10 de abril del 2011. Tras matar a la estudiante, Barrera se entregó en un cuartel de la policía y dijo que no tenía excusas. En una negociación posterior con los fiscales, se declaró culpable a cambio de la sentencia a cadena perpetua como pena máxima y una mínima de 25 años en la cárcel. Barrera, de 34 años de edad, trabajaba como publicista y encargado de relaciones públicas para la empresa Coleman Propaganda Entertainment Group que se dedica a promover eventos de moda en Nueva York. La estudiante tenía 23 años de edad. El asesino convicto les dijo a los investigadores que apuñaló a su novia y después le cortó la garganta, alegando que ella le fue encima con un cuchillo para matarlo y lo que hizo fue "defenderse" del ataque. Añadió el condenado en el interrogatorio que Sarah quería mudarse a otro apartamento para romper sus relaciones con él, pero que él asesino no quería que ella se fuera y que la belleza de su novia no fuera para nadie más. Barrera tiene antecedentes y había sido detenido antes de ese crimen por asalto. Después de matar a la estudiante se cambió de ropa, como si nada hubiera pasado y se dirigió a la estación de trenes Penn Station en la calle 34 y Séptima Avenida para tratar de escapar de las autoridades. Llamó a su padre y le relató que había asesinado a la novia y el progenitor lo convenció de que se entregara a la policía. Apuñaló con tanta fuerza a la mujer en la boca y la mandíbula que la hoja del cuchillo se rompió, según reveló la autopsia de médico forense. Vecinos de la pareja dijeron que se peleaban frecuentemente y oyeron los gritos de la víctima que provenían del apartamento, escena del brutal asesinato. Coit trabajaba como representante de ventas para la reconocida firma Lacoste, era hija única de Lynde Coit, un prominente asesor financiero y de Anne Taylor, un matrimonio millonario radicado en Connecticut donde nació la víctima. Sarah fue llevada agonizando al Centro Médico Beth Israel donde murió una hora más tarde.
Fuente : Diario Libre