martes, 9 de febrero de 2010

MUERE IMPLICADO SECUESTRO JOVEN BALDERA GOMEZ


La familia Burgos sostiene que los problemas de salud de su pariente se originaron a raíz de las torturas que sufrió en el destacamento policial de Nagua desde que fue apresado el 18 de septiembre del 2009.


Virgilio Burgos Prado.
FE/Clave Digital

“Nosotros le atribuimos la muerte de mi padre al jefe de la Policía, porque con las torturas que a mi padre le hicieron cuando el caso del secuestro del joven Eduardo Baldera Gómez, courrido en 2009, esas heridas fueron totalmente para el deterioro tanto físico como mental”, aseguró su hijo Fréderick Burgos.

Burgos, quien está consternado por la muerte de su padre, explica que este fallecimiento “se le suma” a Rafael Guillermo Guzmán Fermín, jefe policial al igual que los asesinatos de Cecilio Díaz, William Batista Checo, Juan Almonte y Ramón Polanco, los dos primeros apresados con vida, por separado, y luego muertos en un alegado “intercambio de disparos”, versión que fue desmentida por un informe del Ministerio Público.

“Mi padre estaba contento, porque este miércoles se le conocería una revisión a su medida de coerción y podría salir libre, porque no habían pruebas en su contra”, narró Burgos con una voz afligida.

De acuerdo con el joven de30 años estudiante de término de Arquitectura, a su padre lo apresaron en su residencia ubicada en la Villa Olímpica, edificio 2, apartamento 2ª en San Francisco de Macorís.

De ahí fue llevado al destacamento de Nagua donde fue torturado con golpes en los testículos, las manos, las piernas y la cabeza, según explicó Burgos basándose en lo que su padre le había confesado antes de morir.


Marcas dejadas en los brazos de don Virgilio por las torturas policiales.
FE/Clave Digital

“Ni a Sobeida le echaron un año”, exclamó el joven al manifestar que a su padre le dictaron un año de prisión preventiva en la cárcel de La Victoria sólo por encontrársele dos uniformes de guardia en su casa.

“A mi padre no lo dejaron que lo viera un medico cuando estaba herido de las torturas, la que le ayudó a curar las heridas fue la madre de un recluso de La Victoria donde permaneció hasta el 19 de diciembre cuando nosotros sus familiares solicitamos que fuera trasladado al Centro de Corrección y Rehabilitación Vista al Valle de San Francisco de Macorís”, afirmó.

Asimismo, el joven denunció que para involucrar a su padre, la policía agregó a las supuestas evidencias otros pertrechos militares como seis uniformes, un hidratador, capuchas y esposas.

“La llamada de ayer a las 7:50 de la noche fue muy devastadora para mí, porque cuando nos llamaron ya el estaba muerto y no pude verlo en sus últimos minutos de vida”, sostuvo.

A Virgilio Burgos Prado está siendo velado en la Funeraria Municipal de San Francisco de Macorís.

Versión de las autoridades penitenciarias


Otras huellas de las torturas.
FE/Clave Digital
De su lado, la Oficina Coordinadora del Modelo de Gestión Penitenciaria (MGP), envió una nota informativa a los medios de comunicación en donde explica que un interno del Centro de Corrección y Rehabilitación (CCR), Vista al Valle de San Francisco de Macorís, falleció esta noche mientras era atendido en el área de emergencia del Hospital San Vicente de Paúl.

El subdirector Nacional de Seguridad del –MGP-, Dr. Ysmael Paniagua Guerrero, explicó que los médicos que atendieron al interno informaron que el interno Virgilio Antonio Burgos Prado, falleció a causa de un infarto cardiaco fulminante.

Manifestó que inmediatamente los internos se percataron de la situación de Burgos Prado, alertaron a las autoridades del centro correccional, por lo que el director del Centro, Adolfo Serrata, procedió a ordenar el traslado al Hospital San Vicente de Paúl.

“El Dr. Paniagua Guerrero, indicó que el interno Burgos Prado, había sido trasladado al Centro de Corrección y Rehabilitación Vista al Valle de San Francisco de Macorís, a pedido de sus familiares, desde la Cárcel Pública de La Victoria, el pasado 29 de diciembre”, explica la nota.

Burgos Prado estaba acusado por el Ministerio Público y la Policía nacional de violar los artículos 265 y 266 de la Ley 683 sobre secuestro, por lo cual permanecía en prisión preventiva.

“Agregó que el interno estaba recluido en el Pabellón B del Modulo A, del Centro de Corrección y Rehabilitación Vista al Valle de San Francisco de Macorís, de donde era nativo”, explica la nota de la Escuela Nacional Penitenciaria, que coordina el Nuevo Modelo Penitenciario.

Fuente: Clave Digital