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«Intenté que muriera de la forma más agradable
posible» dice Franziska Hansen, acusada de intento de asesinato durante
un juego sexual por su novio
Franziska Hansen, de 33 años, ha sido presuntamente
acusada de «intento de asesinato con un arma», después de que su novio,
de profesión abogado, dijera que ella trató de ahogarle mientras fingía que estaban disfrutando de un juego sexual. Franziska, de Alemania, niega las acusaciones, diciendo que era un juego sexual y que sabía lo que hacía. Pero su novio Tim Schmidt, dice que ella admitió por teléfono tratar de matarlo, diciendo que ella lo intentó asfixiar porque «quería que su muerte fuese lo más agradable posible». Tim dijo a un tribunal de Alemania que estaban manteniendo
relaciones sexuales en mayo de este año, cuando la Sra. Hansen de
repente agarró su cabeza y la comprimió entre sus pechos con toda su fuerza. «No podía respirar, debí haberme vuelto azul. Yo no podía apartarme por mi mismo y pensé que me iba a morir». Sr. Schmidt afirma que logró zafarse y huyó desnudo a casa de un vecino, quien dio la voz de alarma. Le dijo a la corte que las relaciones de pareja durante los
últimos cuatro años habían sido tensas tras mudarse a la ciudad de
Unna, donde su carrera como abogado se esfumó. Schmidt asegura que su novia intentó matarlo tras descubrir que él tenía intención de dejarla. Según los informes, dijo al tribunal: «Está claro que quería matarme. Ella incluso me lo confesó por teléfono». «Yo le pregunté por qué quería ahogarme con sus pechos y
ella me dijo: 'Cariño, quería tu muerte fuese lo más placentera
posible'» (Abc.es)
Jan, de 64 años, ha emprendido acciones legales para
anular el matrimonio con Mónica, la mujer que trabajaba como interna en
la casa familiar durante su primer matrimonio
Un hombre belga de 64 años, identificado
únicamente como Jan, se casó con Mónica en 1993, una chica indonesia que
trabajaba en su casa como interna durante su primer matrimonio, pese a
las dificultades planteadas por las autoridades de inmigración belgas. Sin embargo, no ha sido hasta ahora, 19 años después,
cuando el hombre ha descubierto que su esposa había sido un hombre hacía
años, antes de someterse a una operación de cambio de sexo. «Siento que he sido asaltado», aseguró el hombre al diario belga Nieuwsblad. «Yo la traje a Bélgica. Y eso no fue fácil. Los tribunales
belgas tenían serias dudas sobre la autenticidad de su nacimiento y sus
documentos de identidad. Siempre creí que ella era una mujer atractiva,
toda una mujer y no tenía rasgos masculinos». Jan aseguró que él y su esposa habían decidido no tener hijos porque
él ya tenía dos de su matrimonio anterior y confesó que ella le
engañaba simulando que tenía la menstruación poniéndose compresas «para
ocultar la verdad». «Incluso durante el sexo, nunca me di cuenta de nada», cuenta Jan. Durante muchos años la pareja vivió una vida familiar
normal y Mónica, de 48 años, era como una «hermana mayor» para sus hijos
hasta que su matrimonio empezó a tener problemas después de que ella
consigiuera un nuevo trabajo a tiempo completo. «Mónica empezó a cambiar
radicalmente», señala. «Mi hijo la veía a veces en un club nocturno con ropa muy llamativa, faldas muy cortas y blusas pequeñas»,
cuenta Jan, quien añade que descubrió todo el engaño después de
encontrar «mensajes amorosos» de otros hombres en su ordenador. Fue en ese momento cuando este belga empezó a investigar y
un amigo le contó que «había escuchado rumores de que Mónica era en
realidad un hombre operado. Yo no me lo podía creer. Mi hijo también
había oído rumores», señala. «Cuando llegó a casa, la empujé contra la pared. Esa noche
llegamos a las manos. Mónica me confesó que había nacido niño pero que
ahora era una mujer», cuenta Jan, quien se encuentra en tratamiento
psiquiátrico por el «shock sufrido» y que ha emprendido acciones legales
para anular su matrimonio. «Esa persona ha engañado deliberadamente a mi cliente
durante años, incluso estafado. Los niños, que desde hace tiempo viven
con ella, están devastados», dijo Verjauw Liliane, abogado del belga.
FRANCINA HUNGRÍA RECIBIÓ UN BALAZO EN UN OJO POR DELINCUENTES
Alicia Estévez y Ramón Urbaez
Santo Domingo.- “Solo le pido a Dios que me haga el milagro,
que no pierda el ojo que me queda. Yo puedo vivir con un solo ojo y
echar pa’lante”. Las palabras, que salen entrecortadas de los labios de
la ingeniera Francina Hungría Hernández, en su lecho de la clínica Abel
González, acrecientan el dolor y la impotencia de sus familiares. Francina
perdió el ojo derecho luego de que dos asaltantes, que huían tras
cometer un atraco, le dispararan en la cara para quitarle su vehículo y
escapar de sus perseguidores. La joven regresaba a su trabajo
luego de comprar materiales de construcción en una ferretería cercana
para una obra en la que labora en el ensanche Piantini. Con su
voz a veces firme, otras ahogada por el llanto, contó que cuando los
atracadores le dispararon y la sacaron de su vehículo lanzándola al
suelo “como si fuera un animal”, escuchaba a la gente decir “está
muerta, está muerta”; entonces reaccionó: “Me incorporé, levanté los
brazos y grité: no estoy muerta, por favor ayúdenme”. Un hombre la recogió del asfalto, la subió en su vehículo y junto a una señora la llevó hasta la clínica. Narró
que el delincuente que le disparó le ordenó que se detuviera. “Nunca vi
el arma, todo ocurrio en fracciones de segundos. Aceleré el carro, pero
tenía como un fallo y entonces uno me disparó, me sacó del vehículo y
me lanzó al pavimento”. Los médicos y su familia estudiaban la
posibilidad de llevarla al exterior para que reciba atenciones por la
heri- da sufrida, pero el viaje tendrá que ser pospuesto, pues sus
médicos aquí temen que la presión del avión dañe el ojo que quedó en
mejores condiciones. En la entrevista Hungría no pudo seguir hablando por- que estaba sangrando por la nariz por el balazo recibido. El
médico que la atiende, que la conoce desde que era una niña, dijo que
la bala le atravesó el ojo derecho y le afectó el izquierdo pero que no
sufrió ningún daño cerebral.
DOS AMET CERCA NO HICIERON NADA
La
joven ingeniera lamentó que la violencia haya llegado a niveles tan
elevados en el país y que todos los ciudadanos estén expuestos a los
desmanes de los delincuentes. “Yo siempre veía esas cosas en los
periódicos, pero nunca pensé que me tocaría a mi”, dijo. “Lo más
lamentable es que tengamos autoridades tan indiferentes”, dijo Francina,
tras revelar que muy cerca de ella, a menos de 50 metros, se
encontraban dos agentes de tránsito y que no hicieron nada. “Ni siquiera
se movieron para evitar que fuera agredida y menos aún para socorrerme
después que me hirieron”. Al respecto el vocero de la Policía
dijo que se investiga la denuncia y que se trata de establecer la
identidad de los agentes para aplicarles la sanción que les corresponde.
Policía publica videos
La
jefatura de la Policía Nacional pidió la colaboración de la ciudadanía
para identificar a los dos hombres que balearon en la cara a la
ingeniera Francina Hungría Hernández, cuyos rostros pueden apreciarse
claramente en un video captado por las cámaras de una empresa de la
calle Miguel Ángel Báez del Ensanche Piantini, donde se produjo la
agresión. El hecho de sangre ocurrió a la 1:20 de la tarde, hora
registrada en los videos que muestran de frente a los agresores que
vienen huyendo de otros hombres que los perseguían luego que asaltaran a
una ama de casa del vecindario. Los delicuentes se ven bien vestidos,
el primero con un “tshirt” de rayas anchas y un pantalón crema, mientras
que el segundo vestía pantalón negro y una camisa muy clara, pero no
blanca. Ambos hombres de mediana estatura corrían mirando hacia atrás y a
los lados, como si buscaran algún auto que los esperaba. Luego se
ve que persiguen la yipeta de la ingeniera Hungría y le gritan “párate,
párate”, pero ella “trató de evadirlos porque no sabía lo que estaba
pasando”. Con el vehículo aún en marcha se ve a uno de los agresores que
le agarra la mano y le dispara por la ventanilla del conductor, abre la
puerta y tira a la dama herida al pavimento. Luego se monta en el asiento del conductor y lo mismo hizo su compañero en el asiento del pasajero. Frente
al vehículo de Francina, antes que le dispararan, aparece un carro
marrón o rojo vino que se acerca de reversa, como si pretendiera recoger
a alguien, al parecer con quien andaban los asaltantes .