Pasara mucho tiempo para que nosotros los seres humanos, cumplamos con el principio de darle a cada quien lo que le pertenece. En nuestro trabajo de abogado de las víctimas, nos damos cuenta que la equidad no existe en el derecho penal. Y es que un daño sufrido por una víctima, que podría ser hasta su muerte. Puede convertirse en una pesadilla para sus deudos, hijos, padres, hermanos. Porque además de sufrir el dolor de ver perder a un ser querido, también se sufre el dolor de ver que el victimario no paga su culpa ante la justicia por el crimen cometido. En una apartada comunidad del Municipio de Mao, Provincia de Valverde, en la Republica Dominicana llamado “Taitabon” el seis de julio del año 2004, un hombre le ocasiono la muerte a su mujer, propinándole siete puñaladas. El agresor luego de cometer el hecho, salió de la habitación donde asesino a su pareja y le manifestó a un amigo “Vayan recojan a Gladys que acabo de matarla”. Posteriormente fue apresado, juzgado y condenado a 20 años por el homicidio de la señora Gladys María Santana. El Condenado apelo la decisión y la Corte de Apelación de Santiago, anulo la sentencia que lo condeno a 20 años. Pero la historia no termina ahí, la Corte envió el caso al Tribunal Colegiado de Mao, el cual conoció en esta semana el proceso seguido al acusado y condenado en primer grado por matar a su mujer, decidiendo ordenar la libertad del imputado, basándose en una supuesta extinción del caso. Sea usted el Jurado. ¿A quien debió proteger la justicia al acusado o a la victima? En este caso ¿La justicia le dio a cada cual lo que le pertenece? ¿Se hizo justicia en este caso?