Umar Abbasi pudo haber cometido una de las mayores imprudencias de toda su vida: disparó hasta 49 veces el flash de su cámara
cuando el asiático Ki-Suk Han había caído a las vías del Metro poco
antes de ser arrollado por un tren, lo que le causó la muerte. “Estoy siendo injustamente criticado por
todos los medios de comunicación y la ciudadanía. Estaba de pie en el
andén cuando vi la caída, nadie ayudó al hombre, es más, todos empezaron
a huir. Vi las luces del metro a lo lejos y fue cuando empecé a
disparar flashes para advertir al conductor (…) Si hubiera podido, le
hubiera ayudado”, ha contado a The New York Times. Una de estas imágenes ocupó la portada de The New York Post de esta semana, ya que Abbasi es colaborador de este periódico y, desde entonces, se han despertado unas fuertes críticas acerca de la ética periodística. Además,
surgen muchas preguntas sobre por qué las personas presentes no tiraron
del hombre para salvarle la vida. Por su parte, el conductor del tren
ha asegurado que vio las luces de la cámara de Abbasi cuando ya era
demasiado tarde y, aunque lo intentó, no pudo parar. Por su parte, el pasado martes, el culpable del fatal suceso fue detenido
después de varias horas de búsqueda. Es un hombre de origen africano
que trabajaba como vendedor ambulante y que, además, tenía antecedentes
penales. Según un portavoz policial, este hecho se pudo haber dado “tras
una discusión entre ambos”.
Por Johanna Almache.