La profesora Roxana Amaro, quien es conocida por el uso de un verbo rico y fluido, fue electa en abril de 2009 como Miembro Colaboradora de la Academia Dominicana de la Lengua, y unos meses después, como Miembro Correspondiente de la misma. Mao en el Corazón, en su afán de dar a conocer todo lo maeño que sea noble y digno de diseminar, se acercó a Roxana para conocer un poquito más acerca de esa dedicada profesional que nos enorgullece a todos.
MEEC. ¿Quién es Roxana Amaro?
RA. Nací en Mao, provincia Valverde, República Dominicana. Crecí en mi ciudad natal junto a mis hermanos y mis padres, Apolinar (a) Polín Amaro Díaz y Aleja Bonilla de Amaro. Realicé mis estudios primarios en el Colegio Santa Teresita y los secundarios en el Colegio Católico Secundario Manuel de Jesús Galván.
Estudié Secretariado Ejecutivo Bilingüe en la Pontificia Universidad Católica Madre y Maestra (PUCMM), adentrándome así en el campo de los estudios lingüísticos conjuntamente con mis estudios de francés en la Alianza Francesa de Santiago. Posteriormente, reingresé a la PUCMM para estudiar la carrera que durante años estuve esperando y que hoy en día ejerzo con toda mi pasión: Licenciatura en Educación en Enseñanza de Idiomas – Concentración Lenguas Modernas (inglés y español). A lo largo de estos años y concomitantemente con la docencia, he continuado con mi formación profesional de manera constante, actualizándome en talleres pedagógicos, seminarios y cursos, sobre todo en las áreas lingüística y literaria. Esta pasión por el estudio de los idiomas, y en particular por mi lengua materna, me llevó a incursionar desde el año 1994 hasta la fecha en los talleres y coloquios literarios organizados por el Ateneo Insular Internacional, del cual soy Miembro Dirigente, y que preside el Dr. Bruno Rosario Candelier. A Don Bruno, quien es también el actual Director de la Academia Dominicana de la Lengua, le agradezco por ser mi mentor intelectual y por abrirme las puertas a este fascinante mundo de las letras.
En el transcurso de mis estudios primarios y secundarios tuve el privilegio de contar con valiosos profesores que fueron pilares importantes para mi crecimiento académico; otros, con su ejemplo fueron mi fuente de inspiración para descubrir mi vocación docente. Aprovecho para agradecer públicamente a las monjitas Sor Adolfina, Sor Margarita y Sor Eucaristía; Doña Miguelina de Ramos, Doña Lucía Bonilla, Don Manuelito Torres Ferreira, Doña Danny de Ferreira, Don Francisco (a) Niño Almonte y, de manera muy especial, in memoriam, al Reverendo Padre César Dal Santo, quien no sólo enriqueció mi vida en las aulas, sino también en el movimiento scout en el que participé de lleno en mis etapas de niña y adolescente.
MEEC. Usted fue designada en abril de 2009 como Miembro Correspondiente de la Academia Dominicana de la Lengua. ¿Podría elaborar un poco para los lectores de MEEC en qué consiste ese distinguido galardón?
RA. La Academia Dominicana de la Lengua es un organismo nacional de reconocimiento internacional. De ella forman parte destacados intelectuales, tanto dominicanos como algunos extranjeros, reconocidos como expertos en el uso de la lengua española. Nuestra Academia fue establecida el 12 de octubre de 1927, en Santo Domingo, y la misma pertenece a la Asociación de Academias de la Lengua Española, colaborando permanentemente con la Real Academia Española en la revisión del Diccionario de la Real Academia Española (DRAE), el Diccionario Panhispánico de Dudas, la Ortografía de la Lengua Española, el Diccionario de Americanismos y la Gramática de la Lengua Española.
En la Academia hay tres categorías de miembros: miembro colaborador, miembro correspondiente y miembro de número. El primero ingresa como tal porque, dadas sus condiciones lingüísticas o literarias, es elegido e invitado para participar en las actividades de la Academia, colaborando con los programas de la misma. Luego de demostrar que sus capacidades intelectuales están a la altura de los objetivos de la Academia, el miembro colaborador puede pasar a un segundo escaño como miembro correspondiente, mediante votación y elección que llevan a cabo los miembros de número (la cúpula de la Academia), y es designado como tal por sus aportes lingüísticos o literarios a la Academia y a la sociedad. Luego de años de activa participación y de una destacada trayectoria intelectual respecto a la labor de la Academia y sus propósitos de estudio, preservación y fomentación del idioma español, el miembro correspondiente puede resultar electo como miembro de número, máximo peldaño que distingue y reconoce a la persona como toda una autoridad intelectual de renombre nacional e internacional respecto al uso de la lengua española y su normativa. Los miembros de número gozan de un alto prestigio tanto en la Academia Dominicana como en la Real Academia Española. Es, sin lugar a dudas, una gran distinción y un gran privilegio para los estudiosos del idioma español el hecho de formar parte del estamento de los miembros de la Academia y más aún, lograr estas anheladas preseas.
El pasado mes de abril del 2009, fui propuesta y electa como Miembro Colaboradora de la Academia y fui invitada a formar parte de un equipo lexicográfico que tendría a su cargo la revisión del Diccionario Didáctico Avanzado para estudiantes de media, publicado por Ediciones SM, bajo los auspicios de la Academia Dominicana de la Lengua. Fue una jornada intensa pero inmensamente enriquecedora, con un equipo de trabajo conformado máxime por nacionales dominicanos y españoles. Mi participación en este equipo lexicográfico, así como mi incursión en los talleres de ortografía que impartí en el año 2009 en los salones de la Academia, impulsaron en la dirección de la misma la iniciativa de proponer y elegir mi nombre para avanzar al siguiente peldaño como Miembro Correspondiente, conjuntamente con los señores Jacinto Gimbernard, Fabio Guzmán Ariza, Liliana Montenegro, Roberto Guzmán, Orlando Gil, Fernando Cabrera, Rev. P. Tulio Cordero y Adriano Miguel Tejada, a quienes admiro y de quienes me siento muy honrada al compartir con ellos esta promoción. En la actualidad, la Academia Dominicana de la Lengua cuenta con 24 Miembros de Número, 32 Miembros Correspondientes y 9 Miembros Colaboradores.
MEEC. Profesora Amaro, a su juicio, ¿cuál es la importancia de tener buen comando de la lengua?
RA. La función primordial de la lengua es servir como vía de comunicación entre los demás miembros de nuestro grupo social, expresando nuestras ideas, emociones, sentimientos. Por ende, la lengua es el reflejo del nivel cultural de un pueblo. Cuando no se hace un buen uso de la lengua se está frente al fenómeno de la ausencia de conciencia lingüística: el individuo es indiferente a la preservación de su vehículo de comunicación y por tanto no hace ningún esfuerzo por evitar que el mismo perezca.
Si no se tiene un dominio del buen uso de la lengua, como individuos podríamos colocarnos en posición de desventaja frente a otros que sí lo tienen para: exteriorizar el pensamiento; desarrollar la capacidad de análisis; abrirse paso en una carrera; lograr un empleo; recibir un ascenso o promoción; desarrollar nuestras habilidades de comunicación tanto oral como escrita, tan necesarias en todas las actividades pertinentes al desarrollo de un país.
Si no se tiene un dominio del buen uso de la lengua, como grupo social estaríamos condenados a sumir nuestro país en el retroceso y a quedarnos rezagados en la carrera del desarrollo, del avance y del progreso de nuestra nación. La conciencia lingüística nos identifica y nos compromete con el sentido de superación.
MEEC. ¿Por qué cree usted que a veces la gramática sea una de las materias más detestadas por los estudiantes en nuestros programas de estudio? ¿Qué se puede hacer para remediarlo?
RA. Si bien la gramática es la ciencia que estudia los elementos de una lengua y sus combinaciones, ella nos enseña las normas que aplican al buen uso de la lengua.
El estudio de la gramática es a veces rechazado por los estudiantes por los mismos motivos que se rechaza la matemática, la química, el álgebra, un segundo idioma o cualquier otra disciplina del saber humano: porque el docente enfoca su enseñanza solamente en el material objeto de estudio sin transmitir a sus estudiantes la importancia del desarrollo de la conciencia. Este fenómeno generalmente se da cuando el docente no siente pasión por la enseñanza o no domina el material, o no sabe transmitir el conocimiento. No estoy de acuerdo con la famosa expresión “la letra con sangre entra”, porque creo firmemente que se puede enseñar con amor sin tener que recurrir al dolor. A mí me ha dado excelentes resultados en mis más de treinta años de docencia y sé, por experiencia propia y por la compartida, que el estudiante siente mayor inclinación al aprendizaje cuando es capaz de contagiarse por la pasión y el interés genuino de su profesor por la enseñanza.
MEEC. Sabemos que el idioma español es uno de los más hablados en el mundo, y sigue creciendo, pero con ese crecimiento vienen retos. ¿Cuál considera usted el mayor reto que enfrenta nuestro idioma hoy día?
RA. Me voy a permitir contestarle desde dos vertientes: el reto mundial y el reto nacional.
El español es hoy en día la tercera lengua más hablada del mundo, después del chino y el inglés. Sin embargo, nuestra lengua enfrenta hoy en día varios retos que la colocan en peligro de verse visiblemente disminuida, no en cuanto a su cantidad, en tanto a su calidad. El empobrecimiento del idioma como producto de la masiva influencia de la tecnología – y me refiero específicamente al uso del internet, a los correos electrónicos y a los mensajes a través de celulares – coloca al español en peligro de retornar a ser dialecto, como en sus orígenes. Podemos observar que en vez del uso común de la lengua, los usuarios de la tecnología han desarrollado todo un sistema de comunicación abreviada que más que una lengua, tiene características de dialecto, dejando de lado el uso racional de la sintaxis, la gramática, la ortografía. El reto de nuestra generación es precisamente rescatar el buen uso de nuestra lengua y para ello es necesario elevar la conciencia lingüística de los hablantes.
En cuanto al escenario nacional, podemos observar la problemática de la degradación cotidiana del uso de los niveles de la lengua. Anteriormente, nuestra población se valía del lenguaje formal o culto para comunicarse como grupo social y el nivel coloquial era usado comúnmente en los núcleos familiares y entre los amigos cercanos. Un tercer nivel, el llamado vulgar, aparecía minoritariamente en las personas de escasa instrucción académica y se caracterizaba más bien por las incorrecciones en el uso de la lengua. Hoy en día vemos que la escoria de estos niveles, el lenguaje soez, se ha colocado en nuestra población por encima inclusive del nivel culto. Y recordemos: la lengua es el reflejo del nivel cultural de un pueblo.
Es vergonzoso constatar el uso generalizado del lenguaje soez en todos los estratos de la sociedad, constituyendo inclusive una ofensa a las buenas costumbres y a la moral. Esta práctica alienante demuestra que hay un alto nivel de indiferencia frente a la preservación de nuestro idioma. Esta indiferencia se refleja en los hogares y en las escuelas, tanto en el docente como en el estudiante. Se refleja en los comunicadores sociales, agentes de difusión cultural por excelencia. Se refleja en la irresponsabilidad de las autoridades gubernamentales correspondientes, que no toman ninguna iniciativa para frenar este fenómeno. Para constatarlo, pongamos como ejemplos la radio y la televisión, en cuanto a la lengua hablada, y las faltas de ortografía en cuanto a la lengua escrita. Nuestro reto como dominicanos es lanzarnos al rescate de los valores de nuestra sociedad y con ello al adecentamiento de las costumbres de los ciudadanos. En la medida en que nuestra sociedad cultive de nuevo las buenas costumbres, la población retomará el buen uso del idioma, elevando sus niveles de lenguaje al elevar su conciencia lingüística.
MEEC. Estamos de acuerdo en que para conservar el orden debe haber reglas, pero ¿no cree usted que a veces hay reglas de la Real Academia que parecen antojadizas y que por inflexibles actúan como una camisa de fuerza para la expresión creativa?
RA. De ninguna manera. No podemos considerar que las reglas de la Real Academia sean antojadizas o inflexibles. En el artículo primero de los Estatutos de la Real Academia Española, se define su misión principal como la de “velar porque los cambios que experimente la Lengua Española en su constante adaptación a las necesidades de sus hablantes no quiebren la esencial unidad que mantiene en todo el ámbito hispánico”. Las lenguas son entes vivos y por tanto las mismas evolucionan en la medida en que evolucionan las sociedades a las que pertenecen. Las reglas de la Academia se producen después de largos años de estudio del comportamiento de la sociedad y constituyen la formalidad o normativa que impone la fuerza del uso.
Por otra parte, la expresión creativa no está coartada por las reglas de la Academia. La creatividad es un reflejo del pensamiento del escritor o de una generación de escritores. La creatividad literaria lo que demuestra, entre otras cosas, es el nivel cultural de su creador en cuanto a su dominio de las reglas de la Academia. El escritor creativo no escribe para los académicos: simplemente se expresa para el público, compartiendo con él su obra, su pensamiento.
MEEC. ¿Qué consejo daría usted a los padres para que inculquen el amor al idioma en sus hijos y a los estudiantes para que aprendan a apreciar la importancia de esmerarse en aprenderlo bien?
RA. A los padres, que se enseña con el ejemplo. Primero, facilitar la comunicación oral. Es importante que retomemos las costumbres perdidas de la canción de cuna, de los cuentos infantiles antes de dormir, de las historietas fantásticas, de los cuentos de hadas, de las adivinanzas, de la poesía. Es importante tener una buena comunicación con sus hijos, desde pequeños, para que puedan tener un adecuado desarrollo sociolingüístico. Al aprender a hablar, el niño imitará esencialmente a su madre (de ahí el término lengua materna). Si desde sus primeros años el niño se acostumbra a escuchar una forma de hablar bien cuidada, la hará suya para siempre a pesar de las grandes influencias de transculturación que estamos viviendo.
En cuanto a la comunicación escrita, cuando el niño crece en un ambiente en que los adultos que le rodean son buenos lectores y estos estimulan al niño a sumergirse en el mundo de la lectura, se le está transmitiendo el amor al idioma y se le están sentando las bases para el desarrollo de su conciencia lingüística. El bajo rendimiento escolar del niño muchas veces tiene sus raíces en una pobreza de interacción comunicativa con sus padres y en una pobreza de lectura, lo que le impide posteriormente desarrollar su pensamiento lógico y expresar claramente sus ideas. El niño que no es capaz de asimilar los conocimientos de la lengua en sus niveles iniciales, tampoco podrá asimilar los de otra disciplina. Si no puede inferir lo leído en una sencilla lectura comprensiva, tampoco podrá entender el pequeño texto de cualquier otro campo del saber.
A los estudiantes les aconsejo que lean, lean, lean y que no se cansen de leer. Pero hay que ser cuidadosos, porque también existe mucho material alienante. Hay que volver a la lectura de los clásicos, a los análisis de obras literarias, a los concursos de cuentos, a las composiciones, a las caligrafías, a los dictados, valorando que todas estas actividades son indispensables para su formación general. No sólo estarán desarrollando la lectoescritura, sino también su capacidad para estructurar el pensamiento. El niño que ha sido un buen lector y de adolescente mantiene su hábito de lectura, será el adulto capaz de saber leer y escribir correctamente. Y cuando lo logre, estará abriéndose puertas maravillosas y tal vez insospechadas que le garantizarán mayores oportunidades para su desarrollo integral, para el logro de sus objetivos y para su éxito personal y profesional.
A mis padres en particular, les agradezco por haber sembrado en mí la semilla de la superación. A mi madre, por inducirme a estudiar y a avanzar por la vida. A mi padre, por darnos el ejemplo del trabajo tesonero y por enseñarnos que el verdadero éxito se consigue a través de la disciplina, la dedicación y el esfuerzo. A ambos, por habernos enseñado que el mejor premio de un estudiante al pasar de curso es el conocimiento adquirido y el peldaño que se escala.
MEEC. Gracias, profesora Amaro, por dedicar parte de su precioso tiempo a la contestación de este cuestionario.
RA. Gracias a Mao en el Corazón por la oportunidad de darle a conocer a nuestro pueblo maeño el fruto de mi humilde trabajo y le deseo que siga cosechando éxitos a través de esta interesante página electrónica.
Fuente: Blogs Mao en el Corazon
MEEC. ¿Quién es Roxana Amaro?
RA. Nací en Mao, provincia Valverde, República Dominicana. Crecí en mi ciudad natal junto a mis hermanos y mis padres, Apolinar (a) Polín Amaro Díaz y Aleja Bonilla de Amaro. Realicé mis estudios primarios en el Colegio Santa Teresita y los secundarios en el Colegio Católico Secundario Manuel de Jesús Galván.
Estudié Secretariado Ejecutivo Bilingüe en la Pontificia Universidad Católica Madre y Maestra (PUCMM), adentrándome así en el campo de los estudios lingüísticos conjuntamente con mis estudios de francés en la Alianza Francesa de Santiago. Posteriormente, reingresé a la PUCMM para estudiar la carrera que durante años estuve esperando y que hoy en día ejerzo con toda mi pasión: Licenciatura en Educación en Enseñanza de Idiomas – Concentración Lenguas Modernas (inglés y español). A lo largo de estos años y concomitantemente con la docencia, he continuado con mi formación profesional de manera constante, actualizándome en talleres pedagógicos, seminarios y cursos, sobre todo en las áreas lingüística y literaria. Esta pasión por el estudio de los idiomas, y en particular por mi lengua materna, me llevó a incursionar desde el año 1994 hasta la fecha en los talleres y coloquios literarios organizados por el Ateneo Insular Internacional, del cual soy Miembro Dirigente, y que preside el Dr. Bruno Rosario Candelier. A Don Bruno, quien es también el actual Director de la Academia Dominicana de la Lengua, le agradezco por ser mi mentor intelectual y por abrirme las puertas a este fascinante mundo de las letras.
En el transcurso de mis estudios primarios y secundarios tuve el privilegio de contar con valiosos profesores que fueron pilares importantes para mi crecimiento académico; otros, con su ejemplo fueron mi fuente de inspiración para descubrir mi vocación docente. Aprovecho para agradecer públicamente a las monjitas Sor Adolfina, Sor Margarita y Sor Eucaristía; Doña Miguelina de Ramos, Doña Lucía Bonilla, Don Manuelito Torres Ferreira, Doña Danny de Ferreira, Don Francisco (a) Niño Almonte y, de manera muy especial, in memoriam, al Reverendo Padre César Dal Santo, quien no sólo enriqueció mi vida en las aulas, sino también en el movimiento scout en el que participé de lleno en mis etapas de niña y adolescente.
MEEC. Usted fue designada en abril de 2009 como Miembro Correspondiente de la Academia Dominicana de la Lengua. ¿Podría elaborar un poco para los lectores de MEEC en qué consiste ese distinguido galardón?
RA. La Academia Dominicana de la Lengua es un organismo nacional de reconocimiento internacional. De ella forman parte destacados intelectuales, tanto dominicanos como algunos extranjeros, reconocidos como expertos en el uso de la lengua española. Nuestra Academia fue establecida el 12 de octubre de 1927, en Santo Domingo, y la misma pertenece a la Asociación de Academias de la Lengua Española, colaborando permanentemente con la Real Academia Española en la revisión del Diccionario de la Real Academia Española (DRAE), el Diccionario Panhispánico de Dudas, la Ortografía de la Lengua Española, el Diccionario de Americanismos y la Gramática de la Lengua Española.
En la Academia hay tres categorías de miembros: miembro colaborador, miembro correspondiente y miembro de número. El primero ingresa como tal porque, dadas sus condiciones lingüísticas o literarias, es elegido e invitado para participar en las actividades de la Academia, colaborando con los programas de la misma. Luego de demostrar que sus capacidades intelectuales están a la altura de los objetivos de la Academia, el miembro colaborador puede pasar a un segundo escaño como miembro correspondiente, mediante votación y elección que llevan a cabo los miembros de número (la cúpula de la Academia), y es designado como tal por sus aportes lingüísticos o literarios a la Academia y a la sociedad. Luego de años de activa participación y de una destacada trayectoria intelectual respecto a la labor de la Academia y sus propósitos de estudio, preservación y fomentación del idioma español, el miembro correspondiente puede resultar electo como miembro de número, máximo peldaño que distingue y reconoce a la persona como toda una autoridad intelectual de renombre nacional e internacional respecto al uso de la lengua española y su normativa. Los miembros de número gozan de un alto prestigio tanto en la Academia Dominicana como en la Real Academia Española. Es, sin lugar a dudas, una gran distinción y un gran privilegio para los estudiosos del idioma español el hecho de formar parte del estamento de los miembros de la Academia y más aún, lograr estas anheladas preseas.
El pasado mes de abril del 2009, fui propuesta y electa como Miembro Colaboradora de la Academia y fui invitada a formar parte de un equipo lexicográfico que tendría a su cargo la revisión del Diccionario Didáctico Avanzado para estudiantes de media, publicado por Ediciones SM, bajo los auspicios de la Academia Dominicana de la Lengua. Fue una jornada intensa pero inmensamente enriquecedora, con un equipo de trabajo conformado máxime por nacionales dominicanos y españoles. Mi participación en este equipo lexicográfico, así como mi incursión en los talleres de ortografía que impartí en el año 2009 en los salones de la Academia, impulsaron en la dirección de la misma la iniciativa de proponer y elegir mi nombre para avanzar al siguiente peldaño como Miembro Correspondiente, conjuntamente con los señores Jacinto Gimbernard, Fabio Guzmán Ariza, Liliana Montenegro, Roberto Guzmán, Orlando Gil, Fernando Cabrera, Rev. P. Tulio Cordero y Adriano Miguel Tejada, a quienes admiro y de quienes me siento muy honrada al compartir con ellos esta promoción. En la actualidad, la Academia Dominicana de la Lengua cuenta con 24 Miembros de Número, 32 Miembros Correspondientes y 9 Miembros Colaboradores.
MEEC. Profesora Amaro, a su juicio, ¿cuál es la importancia de tener buen comando de la lengua?
RA. La función primordial de la lengua es servir como vía de comunicación entre los demás miembros de nuestro grupo social, expresando nuestras ideas, emociones, sentimientos. Por ende, la lengua es el reflejo del nivel cultural de un pueblo. Cuando no se hace un buen uso de la lengua se está frente al fenómeno de la ausencia de conciencia lingüística: el individuo es indiferente a la preservación de su vehículo de comunicación y por tanto no hace ningún esfuerzo por evitar que el mismo perezca.
Si no se tiene un dominio del buen uso de la lengua, como individuos podríamos colocarnos en posición de desventaja frente a otros que sí lo tienen para: exteriorizar el pensamiento; desarrollar la capacidad de análisis; abrirse paso en una carrera; lograr un empleo; recibir un ascenso o promoción; desarrollar nuestras habilidades de comunicación tanto oral como escrita, tan necesarias en todas las actividades pertinentes al desarrollo de un país.
Si no se tiene un dominio del buen uso de la lengua, como grupo social estaríamos condenados a sumir nuestro país en el retroceso y a quedarnos rezagados en la carrera del desarrollo, del avance y del progreso de nuestra nación. La conciencia lingüística nos identifica y nos compromete con el sentido de superación.
MEEC. ¿Por qué cree usted que a veces la gramática sea una de las materias más detestadas por los estudiantes en nuestros programas de estudio? ¿Qué se puede hacer para remediarlo?
RA. Si bien la gramática es la ciencia que estudia los elementos de una lengua y sus combinaciones, ella nos enseña las normas que aplican al buen uso de la lengua.
El estudio de la gramática es a veces rechazado por los estudiantes por los mismos motivos que se rechaza la matemática, la química, el álgebra, un segundo idioma o cualquier otra disciplina del saber humano: porque el docente enfoca su enseñanza solamente en el material objeto de estudio sin transmitir a sus estudiantes la importancia del desarrollo de la conciencia. Este fenómeno generalmente se da cuando el docente no siente pasión por la enseñanza o no domina el material, o no sabe transmitir el conocimiento. No estoy de acuerdo con la famosa expresión “la letra con sangre entra”, porque creo firmemente que se puede enseñar con amor sin tener que recurrir al dolor. A mí me ha dado excelentes resultados en mis más de treinta años de docencia y sé, por experiencia propia y por la compartida, que el estudiante siente mayor inclinación al aprendizaje cuando es capaz de contagiarse por la pasión y el interés genuino de su profesor por la enseñanza.
MEEC. Sabemos que el idioma español es uno de los más hablados en el mundo, y sigue creciendo, pero con ese crecimiento vienen retos. ¿Cuál considera usted el mayor reto que enfrenta nuestro idioma hoy día?
RA. Me voy a permitir contestarle desde dos vertientes: el reto mundial y el reto nacional.
El español es hoy en día la tercera lengua más hablada del mundo, después del chino y el inglés. Sin embargo, nuestra lengua enfrenta hoy en día varios retos que la colocan en peligro de verse visiblemente disminuida, no en cuanto a su cantidad, en tanto a su calidad. El empobrecimiento del idioma como producto de la masiva influencia de la tecnología – y me refiero específicamente al uso del internet, a los correos electrónicos y a los mensajes a través de celulares – coloca al español en peligro de retornar a ser dialecto, como en sus orígenes. Podemos observar que en vez del uso común de la lengua, los usuarios de la tecnología han desarrollado todo un sistema de comunicación abreviada que más que una lengua, tiene características de dialecto, dejando de lado el uso racional de la sintaxis, la gramática, la ortografía. El reto de nuestra generación es precisamente rescatar el buen uso de nuestra lengua y para ello es necesario elevar la conciencia lingüística de los hablantes.
En cuanto al escenario nacional, podemos observar la problemática de la degradación cotidiana del uso de los niveles de la lengua. Anteriormente, nuestra población se valía del lenguaje formal o culto para comunicarse como grupo social y el nivel coloquial era usado comúnmente en los núcleos familiares y entre los amigos cercanos. Un tercer nivel, el llamado vulgar, aparecía minoritariamente en las personas de escasa instrucción académica y se caracterizaba más bien por las incorrecciones en el uso de la lengua. Hoy en día vemos que la escoria de estos niveles, el lenguaje soez, se ha colocado en nuestra población por encima inclusive del nivel culto. Y recordemos: la lengua es el reflejo del nivel cultural de un pueblo.
Es vergonzoso constatar el uso generalizado del lenguaje soez en todos los estratos de la sociedad, constituyendo inclusive una ofensa a las buenas costumbres y a la moral. Esta práctica alienante demuestra que hay un alto nivel de indiferencia frente a la preservación de nuestro idioma. Esta indiferencia se refleja en los hogares y en las escuelas, tanto en el docente como en el estudiante. Se refleja en los comunicadores sociales, agentes de difusión cultural por excelencia. Se refleja en la irresponsabilidad de las autoridades gubernamentales correspondientes, que no toman ninguna iniciativa para frenar este fenómeno. Para constatarlo, pongamos como ejemplos la radio y la televisión, en cuanto a la lengua hablada, y las faltas de ortografía en cuanto a la lengua escrita. Nuestro reto como dominicanos es lanzarnos al rescate de los valores de nuestra sociedad y con ello al adecentamiento de las costumbres de los ciudadanos. En la medida en que nuestra sociedad cultive de nuevo las buenas costumbres, la población retomará el buen uso del idioma, elevando sus niveles de lenguaje al elevar su conciencia lingüística.
MEEC. Estamos de acuerdo en que para conservar el orden debe haber reglas, pero ¿no cree usted que a veces hay reglas de la Real Academia que parecen antojadizas y que por inflexibles actúan como una camisa de fuerza para la expresión creativa?
RA. De ninguna manera. No podemos considerar que las reglas de la Real Academia sean antojadizas o inflexibles. En el artículo primero de los Estatutos de la Real Academia Española, se define su misión principal como la de “velar porque los cambios que experimente la Lengua Española en su constante adaptación a las necesidades de sus hablantes no quiebren la esencial unidad que mantiene en todo el ámbito hispánico”. Las lenguas son entes vivos y por tanto las mismas evolucionan en la medida en que evolucionan las sociedades a las que pertenecen. Las reglas de la Academia se producen después de largos años de estudio del comportamiento de la sociedad y constituyen la formalidad o normativa que impone la fuerza del uso.
Por otra parte, la expresión creativa no está coartada por las reglas de la Academia. La creatividad es un reflejo del pensamiento del escritor o de una generación de escritores. La creatividad literaria lo que demuestra, entre otras cosas, es el nivel cultural de su creador en cuanto a su dominio de las reglas de la Academia. El escritor creativo no escribe para los académicos: simplemente se expresa para el público, compartiendo con él su obra, su pensamiento.
MEEC. ¿Qué consejo daría usted a los padres para que inculquen el amor al idioma en sus hijos y a los estudiantes para que aprendan a apreciar la importancia de esmerarse en aprenderlo bien?
RA. A los padres, que se enseña con el ejemplo. Primero, facilitar la comunicación oral. Es importante que retomemos las costumbres perdidas de la canción de cuna, de los cuentos infantiles antes de dormir, de las historietas fantásticas, de los cuentos de hadas, de las adivinanzas, de la poesía. Es importante tener una buena comunicación con sus hijos, desde pequeños, para que puedan tener un adecuado desarrollo sociolingüístico. Al aprender a hablar, el niño imitará esencialmente a su madre (de ahí el término lengua materna). Si desde sus primeros años el niño se acostumbra a escuchar una forma de hablar bien cuidada, la hará suya para siempre a pesar de las grandes influencias de transculturación que estamos viviendo.
En cuanto a la comunicación escrita, cuando el niño crece en un ambiente en que los adultos que le rodean son buenos lectores y estos estimulan al niño a sumergirse en el mundo de la lectura, se le está transmitiendo el amor al idioma y se le están sentando las bases para el desarrollo de su conciencia lingüística. El bajo rendimiento escolar del niño muchas veces tiene sus raíces en una pobreza de interacción comunicativa con sus padres y en una pobreza de lectura, lo que le impide posteriormente desarrollar su pensamiento lógico y expresar claramente sus ideas. El niño que no es capaz de asimilar los conocimientos de la lengua en sus niveles iniciales, tampoco podrá asimilar los de otra disciplina. Si no puede inferir lo leído en una sencilla lectura comprensiva, tampoco podrá entender el pequeño texto de cualquier otro campo del saber.
A los estudiantes les aconsejo que lean, lean, lean y que no se cansen de leer. Pero hay que ser cuidadosos, porque también existe mucho material alienante. Hay que volver a la lectura de los clásicos, a los análisis de obras literarias, a los concursos de cuentos, a las composiciones, a las caligrafías, a los dictados, valorando que todas estas actividades son indispensables para su formación general. No sólo estarán desarrollando la lectoescritura, sino también su capacidad para estructurar el pensamiento. El niño que ha sido un buen lector y de adolescente mantiene su hábito de lectura, será el adulto capaz de saber leer y escribir correctamente. Y cuando lo logre, estará abriéndose puertas maravillosas y tal vez insospechadas que le garantizarán mayores oportunidades para su desarrollo integral, para el logro de sus objetivos y para su éxito personal y profesional.
A mis padres en particular, les agradezco por haber sembrado en mí la semilla de la superación. A mi madre, por inducirme a estudiar y a avanzar por la vida. A mi padre, por darnos el ejemplo del trabajo tesonero y por enseñarnos que el verdadero éxito se consigue a través de la disciplina, la dedicación y el esfuerzo. A ambos, por habernos enseñado que el mejor premio de un estudiante al pasar de curso es el conocimiento adquirido y el peldaño que se escala.
MEEC. Gracias, profesora Amaro, por dedicar parte de su precioso tiempo a la contestación de este cuestionario.
RA. Gracias a Mao en el Corazón por la oportunidad de darle a conocer a nuestro pueblo maeño el fruto de mi humilde trabajo y le deseo que siga cosechando éxitos a través de esta interesante página electrónica.
Fuente: Blogs Mao en el Corazon