España se ha convertido en un país atractivo para la inmigración dominicana gracias a su meteórico desarrollo económico (factor de atracción). Esta bonanza económica conllevó la mejora de los niveles salariales y de empleo, pero también del desarrollo social (mejora del sistema sanitario y de prestaciones socio laborales) que convirtieron a España en una nación atractiva para la inmigración, sobre todo para la procedente de países latinoamericanos; debido a la afinidad cultural existente y a lazos históricos que unen a las dos orillas del Atlántico. Las particulares características demográficas de España, han provocado un rápido envejecimiento de la población, de aquí que sea necesaria la inmigración. Con el crecimiento económico actual, en torno al 2,5 por ciento anual, será imprescindible una mayor presencia de inmigrantes. Naciones Unidas calcula que España necesita acoger a 12 millones de inmigrantes desde ahora hasta el año 2050 para mantener su fuerza de trabajo actual; o sea, 240 000 inmigrantes por año. El kit de la cuestión, es cómo explicar a la gente de a pie ésta afirmación, cuando ellos ven que en España hay paro. Una buena manera de comenzar sería explicando que es el desajuste estructural del mercado laboral, ya que existen muchos trabajos que los autóctonos desprecian o para los que no están preparados. Estos dos motivos explican que en líneas generales, la evolución de los extranjeros residentes en España marca una clara progresión en los últimos años. En 1990 residían en España un total de 278 796 extranjeros, en 1999 residían un total de 801 329, y el año 2000 acabó con 1 075 720 extranjeros con todos los papeles en regla, y está previsto que el fenómeno continúe aumentando en los próximos años. Dentro de estos factores socioculturales, incluimos el extraordinario crecimiento de las relaciones económicas y socioculturales entre España y la República Dominicana que van a incrementar los flujos de bienes, servicios y capitales entre ambos países. El incremento progresivo de las conexiones aéreas y el número de vuelos entre los dos países, así como los escasos impedimentos legales efectivos de que gozaban los dominicanos para entrar en España facilitaron este proceso hasta la imposición del visado obligatorio en junio de 1993. Los factores sociodemográficos están relacionados con el "boom demográfico" que ha experimentado el país durante las décadas de los cincuenta, sesenta y setenta, como consecuencia de la reducción de la mortalidad y el mantenimiento de altos índices de natalidad. El resultado de estos dos factores ha sido el incremento en las dos últimas décadas de la población en edad de trabajar, al que hay que sumarle la incorporación de la mujer al mercado laboral. Los grupos de población 15-34 y 35-49 contienen el 53,8 % de la población dominicana, algo digno a tener en cuenta para comprender el "Éxodo Dominicano”. Todos estos factores negativos se plasman en un deterioro de los servicios públicos (seguridad social, "apagones “cortes de energía eléctrica, inflación elevada, salarios bajos, cortes de agua, pocas posibilidades de ascenso social, etc), el resultado de todo esto es un clima social propicio para la emigración. A todo esto hay que añadir los escasos logros y la deficiente gestión de las sucesivas administraciones publico-políticas desde mediado de los años ochenta, creando un clima de inestabilidad social y económica que se ha caracterizado por las huelgas, las devaluaciones monetarias, la pérdida de valor adquisitivo de los salarios, la corrupción, etc. Esto explica que a pesar de ser un país con futuro, continúe sumido en la pobreza. Toda esta insatisfacción encuentra en la emigración su principal válvula de escape.
Alcides Pimentel
Departamento de Geografía Humana
Universidad de Barcelona
Extracto del Articulo Migración y Cambio Social Revista Scripta Nova
http://www.ub.edu/geocrit/sn-94-65.htm
Alcides Pimentel
Departamento de Geografía Humana
Universidad de Barcelona
Extracto del Articulo Migración y Cambio Social Revista Scripta Nova
http://www.ub.edu/geocrit/sn-94-65.htm