A principio del mes de enero, el recién designado por el Presidente de la
República Gerente General del Banco inició de inmediato la puesta en marcha de
un plan de reingeniería gerencial, que debía dar al traste con la mejoría
sustancial de los servicios que presta la entidad bajo su mando, para así
alcanzar el máximo nivel de calidad de todos los tiempos, que en la moda
impuesta por consultores y gurú en la materia denominan "Calidad Integral". El nuevo ejecutivo tenía fama de visionario y pragmático. A los tres días de
ser designado, ordenó pasar por su despacho al gerente de “Créditos para la
Pobreza” y luego de saludarle con la diplomacia y el protocolo de su investidura
le preguntó: ¿Qué usted ha logrado hasta ahora? En cincuenta años de vida, gracias a mis padres, a mis hermanos y hermanas, y
a algunas (os) maestras, maestros y profesores he podido acumular una fortuna
inagotable.- ¡Lo felicito!, dijo el Gerente con su lenguaje y ánimo diplomático.Como servidor público con más de 23 años brindando mis servicios
profesionales y comunitarios a todo el pueblo, no he acopiado fortuna alguna
desde el Estado, ni con el Estado; me ha bastado la remuneración correspondiente
para vivir humildemente en la racionalidad de la armonía con el prójimo y la
naturaleza, con lo cual he sembrado y he cosechado los alimentos fundamentales
que sostienen felizmente mi vida: el amor, la paz interior y exterior, y la
satisfacción por conciencia del deber cumplido con la honradez, la calidad, el
respeto y la humildad con que el ciudadano (a) desea ser servido. He aquí mi
inagotable fortuna acumulada en tan solo cincuenta años de vida. No pido más
para ser feliz, me bastan los sueños y las utopías para los próximos cincuenta
años. El jefe lo miró sin motivación alguna, para repetir con la diplomacia y el
protocolo de su investidura: ¡lo felicito!, puede retirarse. A finales de ese mismo mes de enero el gerente de “Créditos para la Pobreza”
recibió la notificación de la gerencia de Recursos Humanos en donde se le
comunicaba que por instrucciones del jefe prescindían de sus servicios por
conveniencia institucional. No importa lo que pase, mi fortuna será inagotable, pues la misma consiste en
un millonario Certificado de Amor por la vida y para los demás a plazo eterno,
más varios certificados de honradez, integridad, solidaridad, justicia, paz y
felicidad a plazo diario. No importa lo que pase, mi fortuna será inagotable, pues, por demás, está
celosamente depositada en los dos Bancos más sólidos del universo: el Banco del
Alma y el Banco de la Conciencia.
Nota de German Diaz : Eso significa que la virtud y los valores se premian con ingratitud y marginalidad...
Nota de German Diaz : Eso significa que la virtud y los valores se premian con ingratitud y marginalidad...