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Monseñor Diomedes Espinal |
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Catedral diocesis Mao-Montecristy |
Voy doblando para los 63 años de edad. Mi familia era muy cristiana.
Éramos diez hermanos. Mi padre, Ramón Espinal, murió y mi madre,
Amantina de León, vive ahora en Santo Domingo”. Monseñor Diómedes
Espinal de León nació en La Yautía, Villa Trina, el 25 de agosto de
1949. Como cabeza de 41 sacerdotes de las 27 parroquias de la diócesis
que cubre las provincias Valverde, Santiago Rodríguez, Dajabón y
Montecristi, muestra preocupación por el trasiego de indocumentados
haitianos con la complicidad de militares y cuestiona al Cesfront.
¿Ha aumentado el tráfico de indocumentados haitianos en la región?
Ese
es un problema sin solución inmediata, pues precisamente los
encargados de imponer el orden están involucrados en el mismo tráfico.
Ya he dicho que los puestos de chequeos no son puestos de chequeos, que
son puestos de peajes. Y no es un secreto para nadie que los mismos
que están para controlar, de alguna manera se benefician, se hacen de
la vista gorda. De vez en cuando toman un contrabando, pero es
simplemente para hacer creer que se está haciendo el trabajo para
controlar el tráfico, que no es solo de personas, porque hay armas y de
todo lo que se pueda traficar.
¿El Cesfront contribuye a frenar el trasiego de indocumentados?
El
problema es que tenemos muchísimas instituciones, alrededor de ocho o
diez, que están para eso, para tratar de controlar; pero al fin y al
cabo todo sigue igual, la gente sigue cruzándose por el río (Masacre) y
pagando su peaje para entrar a Dajabón. O sea, que eso no ha mejorado
en nada. Todo sigue igual.
¿Cuál sería la solución?, ¿crear un organismo que fusione a todos?
No
sé cuál sería. El Cesfront quizá, qué sé yo, puede tener algunos
controles militares, pero en cuanto a solucionar el problema de la
inmigración y del contrabando… todo sigue igual. Ni yo ni nadie ha visto
el progreso que ha habido. Me muevo bastante por todos los rincones de
las provincias, veo cargando gente en motores que pasan por delante de
los militares. Estaba en un campo de Dajabón y en lo que estuve allí
no sé cuántos motores pasaron con haitianos, con dos o con cuatro, por
un camino de Dajabón a Partido, adonde hay un puesto de chequeo y
precisamente por ahí entran.
¿Aquí se han registrado
agresiones a inmigrantes haitianos en pueblos como Guatapanal o Hatillo
Palma, ¿se procesó a los responsables?
Bueno, no puedo
decir si las autoridades actuaron o no. Lo que pasa es que a veces son
reacciones a situaciones que se han dado. Por ejemplo, haitianos que
han cometido algún crimen abominable, entonces la misma comunidad
reacciona y, al ser la comunidad, a lo mejor no se tiene a nadie como
responsable porque se ve como una acción de la comunidad.
Pero, ¿no se justifican?
Ninguna
injusticia, ningún crimen, ningún abuso contra la dignidad de la
persona puede justificarse. Ahora, lo que digo es que muchas veces a la
Justicia se le hace difícil, porque cuando es la comunidad que se une,
qué sé yo, para expulsar a todos los haitianos, pues como que no hay
ningún responsable. Entonces, quizá se quede impune, no porque se quiera
dejar a una persona sin hacerle justicia por ser dominicana, sino
porque no hay sobre quien recaiga la responsabilidad.
¿Cómo ve las relaciones en la zona entre dominicanos y haitianos?
Las
veo bien. Lo que pasa es que así como entre los dominicanos que van a
Estados Unidos, a Venezuela, a España o cualquier otro país, hay gente
buena y mala, gente que va a trabajar y gente que va a delinquir. Lo
mismo sucede aquí. Pero en cuanto a relaciones, no veo ningún problema
porque aquí la zona está llena de haitianos por todas partes. Uno sale
temprano y en la tardecita y hay muchas comunidades en las que uno ve
más haitianos que dominicanos y no hay ningún conflicto. El conflicto
viene, no por las relaciones entre dominicanos y haitianos, sino por
hechos que suceden, de robos, de muertes o de violaciones.
¿Cómo califica la gran inmigración haitiana?
Bueno,
lo que se dice que es un mal, un mal necesario. Porque por ejemplo en
la zona la ganadería, la agricultura, pues necesita de mano de obra.
A nivel nacional, ¿cómo ve la actual campaña política?
Simplemente
se queda en acusaciones de uno y otro. No hay una presentación de un
programa de gobierno, de qué se piensa hacer, por ejemplo, a nivel de
desarrollo del país, servicios, agua, luz, carreteras, educación, salud,
viviendas y demás necesidades que tiene el pueblo dominicano. Qué se
piensa hacer, por ejemplo, para frenar la corrupción, sino que se queda
en esos dimes y diretes que todo el mundo conoce. Los dominicanos ni
somos tan brutos, ni somos ciegos ni somos sordos y sabemos lo que hizo
bien y lo que hizo mal el PRD en los doce años que ha sido gobierno y
lo bueno y lo malo que ha hecho el PLD en sus doce años de gobierno.
Entonces, creo que no es un asunto de decir cuál de los dos es más
corrupto, cuál de los dos ha robado más, cuál de los dos ha hecho menos
por el país, sino dejar eso a los dominicanos que tenemos uso de razón,
conocimiento, inteligencia para darnos cuenta de lo que ha hecho cada
uno.
Pero, quizá ambos partidos tienen razón cuando se acusan de corrupto?
Sí,
sí, pero eso lo conoce el pueblo. Si yo sé que tú eres ladrón, no
tengo que salir a decir donde tú vives que eres ladrón, porque la gente
sabe que eres ladrón.
Pero, podría haber candidatos serios en la contienda.
Sí.
Sí. Lo único que digo es que no hay que estar diciendo cuál de los dos
ha robado más y cuál es más corrupto, sino que el pueblo sabe, porque
es inteligente. Que dejen eso a los medios de comunicación.
¿En el país hay políticos serios?
Puede haber. En la viña del Señor hay de todo.
No dije “corrupto”, dije “serio”.
Bueno. Serio. Yo supongo que tiene que aparecer alguno. Tiene que aparecer alguno. (Fuente: El Caribe)