“Mira lo que te tengo”, habría dicho el homicida del fiscal adjunto mientras
apuntaba con su pistola a la cabeza del malogrado magistrado, reveló este
viernes a El Nuevo Diario una fuente de absoluto crédito que tuvo acceso a la
investigación que se realiza sobre el caso. Acto seguido el matador, Charlis
Núñez García, comenzó a disparar su arma contra Omar Álvarez, a quien le
descargó la pistola, impactándolo diez veces, la mayoría de los proyectiles en
la cabeza. El grupo de agentes policiales que actuaba como fuerza pública en el
allanamiento no se encontraba en la escena del crimen al momento de producirse
los disparos. Los uniformados se habían dispersado por la vivienda.
Al momento del
ataque, se encontraba sentado al lado de la víctima un policía que era seguridad
personal del funcionario del Ministerio Público asesinado, quien en ese instante
procedía a llenar un acta judicial. Este policía,
cuyo nombre se ha omitido hasta concluir oficialmente la investigación, de
momento quedó impactado al ver la inesperada ráfaga de fuego contra su
jefe. El único agente
policial que presenció los disparos iba a ser la segunda víctima mortal de Núñez
García, pero debe las gracias a que cuando el atacante le apuntó con la pistola
ya el arma había agotado las cápsulas. El informante
también corrige que el detenido, ya esposado, había solicitado que lo liberaran
para dar alimentos a los animales que venía criando en la azotea, y no para
inyectarse insulina como se dijo en principio. Luego de
alimentar a los becerros, chivos y aves, es que Núñez García solicitó a las
autoridades que le permitan dirigirse a su habitación para medicarse contra la
diabetes. Al prevenido le
permitieron entrar solo a la habitación, lo que aprovechó para apoderarse de una
pistola que habría obtenido debajo de un colchón, tras lo cual ingresó al baño
donde se inyectaría la insulina. Estando en el
baño el homicida solicitó que le pasaran una toalla, en lo que también fue
complacido, y la cual habría utilizado para rastrillar el arma sin el mayor
ruido. Cuando el
detenido salió del baño se dirigió a la sala donde se encontraba el fiscal
adjunto y apuntándole a la cabeza le dijo: “mira lo que te tengo”, descargando
sobre la cabeza diez disparos.
Fuente : Santiago30caballero.com
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