Mary Yerlin Paula
Santo Domingo. Una niña de ocho años, quien nació sin sus dos brazos se ha convertido en el motor de su familia y amigos, por su particular dinamismo frente a su discapacidad. Conocer a Baeily Crismel Herrera Tejeda transforma la manera de ver la vida, su nacimiento fue un acontecimiento, a tal punto que los médicos se negaban a presentársela a su madre. Ver un ser humano sin sus extremidades normales impacta a más de uno. Sin sus manos, la niña escribe y es lo que ha le permitido avanzar en su aprendizaje, todas las mañanas asiste a su colegio. Por su condición ha sido becada, hasta que su madre se estabilice económicamente. La chispa que impregna este ser especial enorgullece a las personas que la conocen. Su hermana Arianny Herrera Tejeda de doce años la define como un ángel. La enfermedad congénita de Baeily es conocida desde la década del 62 como focomelia y afecta a uno de cada 20 mil nacidos. La niña disfruta como cualquier niño de ocho años, manipula juegos electrónicos en un móvil, come sin ayuda y baila como el que más. Y tiene la ilusión de llegar a la universidad. Baeily vive junto a su madre, hermana y una amiga en el sector Villa Olímpica de Santo Domingo Este, con limitaciones económicas por cuyo motivo la ayuda de instituciones que trabajen con discapacitado es necesaria.
Santo Domingo. Una niña de ocho años, quien nació sin sus dos brazos se ha convertido en el motor de su familia y amigos, por su particular dinamismo frente a su discapacidad. Conocer a Baeily Crismel Herrera Tejeda transforma la manera de ver la vida, su nacimiento fue un acontecimiento, a tal punto que los médicos se negaban a presentársela a su madre. Ver un ser humano sin sus extremidades normales impacta a más de uno. Sin sus manos, la niña escribe y es lo que ha le permitido avanzar en su aprendizaje, todas las mañanas asiste a su colegio. Por su condición ha sido becada, hasta que su madre se estabilice económicamente. La chispa que impregna este ser especial enorgullece a las personas que la conocen. Su hermana Arianny Herrera Tejeda de doce años la define como un ángel. La enfermedad congénita de Baeily es conocida desde la década del 62 como focomelia y afecta a uno de cada 20 mil nacidos. La niña disfruta como cualquier niño de ocho años, manipula juegos electrónicos en un móvil, come sin ayuda y baila como el que más. Y tiene la ilusión de llegar a la universidad. Baeily vive junto a su madre, hermana y una amiga en el sector Villa Olímpica de Santo Domingo Este, con limitaciones económicas por cuyo motivo la ayuda de instituciones que trabajen con discapacitado es necesaria.
Fuente : Noticiastelemicro.com
No hay comentarios:
Publicar un comentario