Po Denisse Charpentier
¿Pese a los esfuerzos no consigues bajar de peso? Si probaste con dieta y ejercicio y no ves resultados positivos, puede que no estés ejecutando ambas medidas de la forma adecuada, o bien, hay un factor externo que desconoces y que te está haciendo retener grasa.
A continuación te dejamos con 7 razones recopiladas por Redbook que podrían explicar el problema. Y por cierto…tienen solución.
1. Tiroides fuera de control
Si sientes que has subido de peso, pese a no comer más de la cuenta y a realizar ejercicio, debes ir a un médico, pues puedes que tengas problemas de tiroides. Las hormonas tiroideas ayudan a regular el metabolismo, pero aquellas personas que sufren hipotiroidismo producen muy pocas. Otros síntomas asociados a este aumento de peso repentino son: cansancio permanente y pérdida de cabello.
Pero no te angusties, porque con un buen tratamiento, puedes mantener la enfermedad controlada.
2. Estás estresado
Aunque parezca increíble, andar feliz y relajado por la vida, es una buena táctica para bajar de peso. Esto, porque al estar contento se impulsa la producción de serotonina, una sustancia química asociada al bienestar y que ayuda a reducir los niveles de grasa hasta en un 50%, según un estudio en Cell Metabolism. “La serotonina envía señales al cerebro para acelerar el metabolismo, lo que dificulta el almacenamiento de grasa”, dice el autor del estudio, Kaveh Ashrafi, investigador de la Universidad de California. Además, otro sondeo reciente indicó que el estrés provoca cambios en el metabolismo y aumenta la probabilidad retener grasa en el vientre.
3. Comes carbohidratos antes de hacer ejercicio
¿Haces ejercicio regularmente, pero no has visto resultados? Dan Goldberg, entrenador personal certificado del Fitness Forum Health Club en Nueva York (EEUU), recomienda no comer carbohidratos por al menos dos horas antes de un entrenamiento, pues el motivo de la retención de grasa puede ser que estás ingiriendo los bocadillos equivocados. Lo aconsejable es comer alimentos ricos en proteínas, productos lácteos como yogur bajo en grasa o media taza de leche con chocolate, antes de ejercitarse.
4. Haces dietas extremas o ayunas
Si omites comidas -especialmente el desayuno- con el fin de comer menos y bajar de peso, vas por el camino equivocado. Esta práctica podría ser contraproducente porque ralentiza tu metabolismo y pone a tu cuerpo en “modo hambre” de forma permanente. “No sólo vas a perder mucho peso en agua por ayunar o por hacer una dieta líquida, también pierdes músculo porque estás privando a tu cuerpo de nutrientes esenciales, como las proteínas”, dice Joy Dubost, dietista registrado y vocero de la Academia de Nutrición y Dietética de Estados Unidos. Esto significa que una vez que dejes la dieta, recuperarás todo el peso y más, pues la pérdida de masa muscular dificulta la quema de grasa y además tendrás impulsos de comer todo lo que evitaste.
5. Sólo haces ejercicios aeróbicos
La investigación muestra que el entrenamiento de resistencia, como levantar pesas, seguido de una sesión de aeróbicos, quema más grasa que realizar sólo el segundo.“Para una persona promedio, lo mejor es hacer cardio después de las pesas porque los músculos necesitan combustible para un mejor rendimiento”, dice Goldberg y añadió que “si se te agota el combustible con el ejercicio aeróbico, no quemarás tanta grasa”.
6. Desayunas muy tarde
Si te despiertas a las 7 y comienzas a desayunar recién a las 10, puedes ralentizar tu metabolismo. “El simple acto de comer podría elevar su tasa metabólica hasta en un 10%”, dice Susan Kleiner, dietista registrada y autora de diversos libros de nutrición. “Quemarás más calorías si lo primero que haces es desayunar”, comenta. Lo ideal es incluir huevos y leche descremada en el desayuno.
7. Comes poco pescado
Incluye más pescados como salmón y productos del mar como camarones, porque contienen antioxidantes -como la astaxantina- que favorecen la quema de grasa y la resistencia durante el ejercicio.
Fuente : Biobiochile.cl
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