miércoles, 21 de marzo de 2012

Desgarrante Relato : Como si importara...(VER FOTOS)

Candida Hernandez
La dejó por muerta, desangrándose e inconsciente, y huyó. Cándida Hernández estuvo a un paso de agrandar la lista de los 230 feminicidios registrados el año pasado en República Dominicana, pero sobrevivió al ataque. Hoy, exige justicia en una sociedad indolente, desenfocada y profundamente machista.
 
Cándida Hernández (50 años) despertó ese jueves con dos dedos menos, la oreja izquierda troceada, la cabeza partida y una gruesa lámina de plástico ensamblada con tornillos quirúrgicos en cada antebrazo. No sabía qué día era. No sabía, tampoco, que había pasado tres noches inconsciente en la cama de Cuidados Intensivos del hospital Traumatológico Ney Arias Lora, mientras los médicos debatían si amputar sus brazos picados era la mejor opción. El lunes anterior, el 26 de septiembre pasado, su esposo le había partido el cuerpo con una lluvia de machetazos. Mami, como van a venir personas a verte, te voy a decir algo para que no te sorprendas -le advirtió su hija cuando le mujer recobró la lucidez-. Te quitaron los cabellos para operarte. Cándida entonces pidió un espejo. Recordó el cuchillazo que Confesor Moreta García (48 años), su esposo, le había dado en la espalda en plena calle. Recordó cuando cayó al suelo y él se le fue encima, gritando "te voy a matar" con cada corte que le daba. Recordó cómo trató de protegerse con los brazos, y el recuerdo se fue a negro. No pudo recordar  más.Miró la imagen que le ofrecía el espejo, y lloró. No por los dedos menos, ni por el dolor que sentía en el cuerpo, ni por las cicatrices que habían colonizado sus brazos. Lloró por esa cabellera perdida, por la calvicie forzada que reinaba donde antes hubo una melena al hombro. Lloró, como si el pelo importara...

El verdugo de Candida su esposo Confesor Moreta Garcia



















Marcas de las torturas que recibio Candida de su esposo
Un brazo con leccion permanente fruto de los maltratos recibidos por su esposo


Fuente : Diario Libre

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