Los médicos diagnosticaron a Priscilla un tumor cerebral, y fue operada gracias a los excedentes de suministros y equipo (Cure Uganda/Cortesía). |
(CNN) — Cuando los médicos en Estados Unidos se preparan para una cirugía, abren paquetes de instrumentos y suministros que contienen hasta 100 artículos. Muchos de estos artículos —como bisturís, agujas y esponjas— no se utilizan; simplemente no se necesitan para ese procedimiento en particular. Sin embargo, debido a los reglamentos gubernamentales o de los hospitales en Estados Unidos, con frecuencia se desechan, incluso cuando todavía están dentro del empaque. “Hay miles de toneladas de artículos médicos que se desechan diariamente que no se utilizaron o que son claramente reusables”, dice el doctor Bruce Charash, cardiólogo de Nueva York. Afortunadamente, algunas organizaciones sin fines de lucro, incluyendo al grupo Doc2Dock de Charash, encuentran la manera para rescatar estos artículos y se los llevan a personas que los necesita desesperadamente en todo el mundo. Por ejemplo, en Uganda, muchas instalaciones médicas carecen de los suministros y el equipo necesario para realizar una cirugía. El panorama normalmente es sombrío para los niños como Priscilla, a quien le diagnosticaron un tumor cerebral cuando tenía siete años. Pero el hospital de Uganda, CURE Children’s Hospital en Mbale, pudo realizar la operación de Priscilla y de otros 1,100 niños más gracias a su sociedad con MedShare, una organización no lucrativa que recolecta los excedentes de suministros y de equipo de Estados Unidos. “En todo el mundo hay niños con tumores cerebrales. La principal diferencia en Uganda es que hay muy pocos recursos. Sin embargo pudimos salvar a Priscilla con los suministros que nos dio MedShare”, dice Derek Johnson, director ejecutivo de CURE Uganda.
La basura de unos se vuelve la riqueza de otros
En Estados Unidos, los materiales quirúrgicos no son los únicos artículos médicos útiles que se desechan. Richard St. Denis, uno de los 10 Héroes de CNN de 2011, a través de su organización sin fines de lucro, World Access Project reúne sillas de ruedas que se desechan. Con la ayuda de Hope Haven, otra organización de Estados Unidos, adultos mayores voluntarios e internos de prisiones en Iowa renuevan las sillas antes de enviarlas a las zonas rurales de México. St. Denis visitó México por primera vez en 1997, y se encontró con muchas personas con discapacidad que no tenían acceso a las sillas de ruedas, andaderas o bastones. “Me sorprendió ver a personas que usaban ramas como muletas, estar siendo empujadas en carretillas y gateando”, dice St. Denis, quien perdió el uso de sus piernas en un accidente de ski en 1976. Ahora, reside permanentemente en México y hace todo lo que puede para ayudar a la gente a su alrededor. “Queremos distribuir las más de 75,000 sillas de ruedas que estimamos que se desechan en Estados Unidos cada año. Lo que nosotros llamamos basura se convierte en su riqueza, y hace una increíble diferencia en sus vidas”, dice.
Una relación ganar–ganar para todo el mundo
Además de salvar vidas, hay otro beneficio por el envío al extranjero de los suministros sin utilizar. “Desviamos una cierta cantidad de desechos que llegarían a un tiradero de basura”, dice el doctor William Rosenblatt, profesor de anestesiología de la Escuela de Medicina de la Universidad de Yale y fundador de la organización sin fines de lucro Remedy. “Al terminar la cirugía, nuestro personal revisa la mesa de operaciones en donde siguen los artículos de los kits y aísla todos los materiales que no se utilizaron. Se envían a una zona de descontaminación, y estudiantes de la Universidad de Yale los revisan y toman lo que es útil. Desde aquí, se empaca a granel y se envía a las organizaciones de caridad para que se envíen al extranjero”, dice Rosenblatt.
Algunas veces, se desecha equipo en perfectas condiciones.
“¿Por qué (los hospitales) tiran un ecógrafo que funciona o una cama de hospital? En primer lugar, porque no está lo suficientemente bonita. En segundo lugar, es posible que exista nueva tecnología disponible. Por lo general, nadie quiere utilizar (un modelo) 2005 si existe uno 2012”, dice Charash. Ocasionalmente, un hospital simplemente cambia de marca y se deshace de una línea completa de artículos sin utilizar. También se sabe de fabricantes de suministros que envían artículos directamente a las organizaciones no lucrativas si una caja se maltrata en el transporte: artículos que pueden significar la vida o la muerte de una persona en un hospital en un país en desarrollo. La demanda supera enormemente la oferta. “En mi primera viaje a África, el director del hospital me mostró a un paciente enfermo de malaria. Me mostró una habitación con cientos de botellas de medicina con la que le podrían salvar la vida, pero no le daban la medicina porque no tenían vías intravenosas”, dice Charash. “Ese día, nuestro contenedor de Doc2Dock llegó con vías intravenosas reconstruidas y entre 3,000 y 4,000 jeringas. El médico pudo consiguió la vía intravenosa, el paciente recibió la medicina y se salvó”. Pero mientras el equipo médico sin utilizar salva a muchas personas en todo el mundo, sólo un pequeño porcentaje de los hospitales en realidad recibe esos artículos. “Si observas el volumen de solicitudes que recibimos contra la cantidad que podemos enviar para ayudar, sólo somos capaces de encontrar financiamiento para un cuarto de proyectos de buena fe. Hay una gran necesidad" , dice David Pass, jefe de la oficina de promoción de MedShare. El esfuerzo para buscar fondos vale la pena, dice Tanya Weaver de la American Foundation for Children with AIDS. Su organización sin fines de lucro trabaja en cuatro países africanos y pudo ayudar a más de 100,000 personas en ese continente gracias a los excedentes de suministros médicos de dos hospitales. “Si podemos hacer esto con la ayuda de dos hospitales de Estados Unidos, imagínate cuántos más podríamos enviar si otros participaran”, dice Weaver.
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