MOCA, REPUBLICA DOMINICANA.- El hombre que se suicidio prendiéndose fuego en una calle de este municipio el pasado lunes y frente a la iglesia Sangrado Corazón de Jesús, estaba afectado por problemas económicos que lo llevaron a una fuerte depresión, según las informaciones recientes. Marino Antonio Vargas, de 71 años, era un barbero a domicilio con tres hijos, quien en las últimas semanas padecía trastornos mentales, según sus familiares y allegados. Se dijo que el barbero que hacía había intentado en varias ocasiones quitarse la vida, pero había fallado en el intento. Vargas sufría también de un desgaste neurocerebral que lo mantenía desequilibrado y en otras oportunidades trató de cortarse las venas y bebió tres pasitos, el potente raticida usualmente usado por suicidas en la República Dominicana. Frecuentemente, dijeron conocidos del suicida, perdía la memoria y carecía de lucidez. Empero, aparentaba ser una persona normal y no buscaba problemas, según explicó a un blog de Moca, la señora Margarita Sánchez una de las vecinas de Vargas. Su cadáver fue identificado en la morgue por su esposa Margarita Agustina Méndez, porque Vargas siempre andaba con dos llaves de la casa. Su hija Primavera Vargas explicó que el cuerpo de su padre quedó completamente irreconocible por las quemaduras en tercer grado que sufrió. Informes extra oficiales dan cuenta de que compró la gasolina en una estación cercana a su casa y se prendió fuego en su residencia, saliendo a las calles dando gritos. Algunos buenos samaritanos intentaron apagar las llamas en su cuerpo echándole arena y agua, pero el esfuerzo fue infructuoso. "Quedó totalmente carbonizado, estudiantes del Colegio Don Bosco pasaron frente a él cuando agonizaba en la calzada y quedaron horrorizados por la escena", señaló uno de los tantos transeúntes que también observaron la lenta muerte del barbero.
Fuente : Diario Libre
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