El presidente Danilo Medina pronunció ayer un discurso como hace tiempo
no se escuchaba en los augustos salones de la Asamblea Nacional. Evidentemente,
la sección dedicada al contrato de la Barrick Gold le robó el
protagonismo a otros importantes anuncios contenidos en su discurso
orientado a mostrar una cara más humana del gobierno. La parte
dedicada a la Barrick fue un cañonazo a la santa bárbara del barco
extranjero, que marcará un antes y un después en las relaciones
económicas con las empresas de inversión extranjera. Es la
tendencia en América Latina y en el mundo, en momentos en que los
gobiernos necesitan más recursos para atender las demandas crecientes de
sus poblaciones. Estamos seguros de que se llegará a un acuerdo
razonable, porque los argumentos del Presidente y el clima mundial sobre
el tema, están a favor de la posición dominicana. Lo único
objetable a la propuesta del Gobierno es la promesa de dedicar los
fondos que se obtengan para pagar la deuda social, y digo esto, porque
pagar la deuda social en nuestro país siempre ha sido regalarle dinero a
los pobres, y eso no resuelve el problema. Esos fondos debieran
dedicarse a resolver problemas ancestrales del país y que retornen la
inversión: el problema eléctrico, por ejemplo. El presidente
Medina nos ha mostrado con su valiente discurso que los que pusieron sus
esperanzas en su capacidad para el buen gobierno no serán defraudados.
atejada@diariolibre.com
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