El presidente Danilo Medina Sánchez tiene 61 años de edad.
Evidentemente, goza de buena salud, según se desprende de los
movimientos que realiza en sus trajines sorpresivos de fin de semana.Quienes
siguen elCaribe, observaron una fotografía que muestra la agilidad con
que el Presidente saltó un charco en una zona rural de una provincia de
la región Este. Celebramos muy sinceramente su vitalidad. Pero
Danilo Medina Sánchez no fue escogido por la nación para dar saltos tan
riesgosos. Ya lo hemos visto en otros actos de malabarismo, cruzando un
canal sobre un tronco o caminando por cualquier terreno sinuoso. Sus
viajes y visitas sorpresivas a hospitales, zonas productivas o a
lugares en situaciones críticas que ameritan el auxilio inmediato del
gobierno, lo mismo que la sensibilidad mostrada cuando se desprende de
su despacho para constatar los daños del huracán Sandy, le han
acrecentado las simpatías en la población. A la gente le encanta
ese estilo sencillo. Esa búsqueda de información concreta, específica,
sin intermediarios, que le permite constatar la realidad. Pero el Presidente no puede exponerse. Él fue escogido para gobernar la Nación. Él no es un atleta. Si
bien tiene un origen campesino, hace tiempo que abandonó la vida rural,
lo que lógicamente no implica que se desentienda del mundo
agropecuario. Insistimos. El Presidente de la Nación no puede andar
dando saltos de ese alcance. No debe exponer su vitalidad. Imagínese una
caída de espaldas o de frente en las circunstancias que todos
apreciamos esa fotografía. Sabemos muy bien que no estamos para
aconsejar al Presidente, y mucho menos en estos menesteres. Pero la foto
de ayer dio mucho de qué hablar y compartimos las preocupaciones. De todas formas, nos permitimos decirle: Presidente, continúe sus recorridos, pero no hay que aventurar tanto. (Editorial de el Caribe)
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