Algunos consejos prácticos que pueden ayudarte:
Simplifica tu vida: no dejes para último momento las actividades que debes realizar en casa o fuera de ella. Pregúntate si hay algo que en particular quieres hacer; luego, evalúa si necesitas ayuda, cuánto tiempo necesitarás y haz tus planes teniendo en cuenta lo propuesto para hacerlo con tranquilidad. Planea por adelantado situaciones que te puedan causar estrés y así le harás frente con recursos meditados. Lleva un libro contigo si vas a algún sitio donde te van a hacer esperar o pide a un amigo que te acompañe. La espera puede causar estrés. Duerme un poco más antes de las reuniones familiares o de las reuniones importantes; procura tener un día tranquilo. Aprende a decir “no”. No tienes que hacer lo que no tienes ganas de hacer o no deseas gastar tus energías. Pide ayuda cuando la necesites y trata de ser lo más explícito posible en lo que solicitas: “Quieres ayudarme con...” Si al realizar tus antiguas tareas, te resultan muy difíciles, reemplázalas por actividades nuevas. Sé muy práctico: haz un juego extra de llaves, ten a la mano siempre una agenda con los nombres y teléfonos importantes. Si algo te molesta, trata de no hacer caso, procura no pensar en eso y no hagas cosas que te desagraden. Siempre trata de tener disponible, en casa, las cosas que necesitas usar con frecuencia (papel higiénico, jabón, comida, entre otros). Haz lo que no te gusta hacer, muy de mañana o muy temprano. Lleva una libreta para tus apuntes. Si te encuentras respirando sin calma y estás agitado, es momento de tomar un descanso; ese tipo de respiración puede ser un indicador de fatiga o de estrés. Cuando tengas un problema, siéntate tranquilo, respira profundamente y relaja tus músculos; ¡te sentirás mejor! No trates de contestar el teléfono rápidamente si no lo tienes cerca. Es importante que te tomes tu tiempo para hacer tus actividades. Siempre verifica tener tus medicinas y tenerlas a la mano; no esperes a que se acaben para comprarlas. Cuando encuentres una actividad muy difícil o estresante, busca una forma alternativa de hacerla. Si no se te ocurre, pregúntale a un amigo o persona cercana cómo hacerla; ellos pueden darte nuevas y buenas ideas. Una vez que encuentres la solución al problema escribe los pasos o soluciones que aplicaste, te pueden ayudar para resolver problemas posteriores. Si las mañanas son muy estresantes, levántate más temprano y pide ayuda a quien viva contigo para realizar tu labor; además, puedes avanzarla por la noche. Haz intercambios en tu vida; si te parece muy estresante salir para hacer visitas, entonces, llama por teléfono, pero no las pierdas. Usa tu imaginación para que te acostumbres a la idea de lo que tienes que hacer; planea qué ropa te pondrás; si vas al doctor, anota tus preguntas; piensa en lo que quieres que él te explique. Si los viajes largos en automóvil te causan estrés, escucha la música que te agrade o lleva contigo un libro o lo que te permita distracción por ese tiempo. Planea momentos de descanso; podrías poner un reloj que te indique cuándo es tiempo de hacerlo, así sabrás que tendrás que detenerte por un momento para luego tomar fuerzas y seguir. Trata de hacer lo que te guste y compártelo. Date una ducha fría después del trabajo o cuando estés estresado; siente cómo el agua fría se lleva las preocupaciones por el desagüe. Trata de no pasar la mayor parte del tiempo ni con personas que tienen muchas preocupaciones ni con las que te agobien. Aprende a revisar horarios, si le dijiste a un amigo o a un familiar que llegarías a una hora determinada, no hay problema con llamar y explicar que tardarás o que no podrás ir. Haz una cosa a la vez; no pienses en lo que vas a hacer después antes de haber acabado lo que estás haciendo; siéntete conforme con un trabajo bien hecho. El aburrimiento puede ser estresante; intégrate a un grupo de amigos, sal de tu casa en la medida de lo posible; visita a un amigo; participa en diferentes actividades. Trata de no tomar licor ni fumar demasiado. Mantén tus niveles de azúcar estables. No consumas café en exceso. Trabaja o haz algo productivo para lograr que quienes están a tu alrededor digan que lo que haces es lo mejor y no para que digan cuánto más deberías hacer. Ríete de ti mismo, más de lo que te ríes de los demás. Pide ayuda cuando la necesites, aprovecha el apoyo de otros para que te ayuden a resolver los problemas y tú, con tus experiencias, ayúdalos a resolver los suyos. El relajarte no es tan simple. Debes aprender a hacerlo. No todos asumimos el estrés de la misma forma; por lo tanto, las maneras de relajarse para evitarlo también varían. Las técnicas para dominar el estrés pueden reducirlo y también pueden hacerte menos propenso a estresarte por los nuevos cambios que enfrentas. Por eso, trata de hacer regularmente lo que más te relaja.
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