Por José Jordi Veras R. (jordiveras@yahoo.com)
Lo que nos sucedió y lo hago en plural de forma aviesa, no fue una simpleza que se puede resumir en que hoy estoy de pies. Siempre dándole gracias a Dios por mi recuperación lenta pero continúa, de mis lesiones. He mencionado el plural “nos”, porque pensar que fue un asunto de Jordi Veras tan sólo, sería, como expresé, muy simple. El hecho del 2 de junio afectó, de forma muy directa, a mi padre. Recuerdo y pienso que esa imagen no se me borrará mientras vida tenga, fue ver llegar a mi papá, a la emergencias de la Clínica Corominas, mientras estaba sentado en una camilla, de forma ya borrosa, logre mirar a los lejos, la estela de los brazos hacia arriba y colocando sus manos encima de su cabeza, como de sorpresa desagradable, porque lo que había visto, era mi rostro desfigurado. Fue cuando supe que no estaba bien y que las cosas podrían ser peores. Si me coloco en el lugar de él, que tengo dos hijos, puedo entender al dedillo, lo que es sentir que estás viendo la posible pérdida de un vástago. De un ser a quien le has dedicado tiempo, esfuerzo, amor, cariño y cuidado, para criarlo y hacerlo un hombre y mujer de bien. Cuando eres un padre responsable y que te preocupan las cosas de tus seres queridos, como tus hijos e hijas, el dolor de ellos es el tuyo, sus conflictos se convierten en propios y luchas por ayudar y resolverlos. Un padre responsable, así como ama y quiere a un hijo e hija, como estandarte y guía, nunca se convierte en cómplice de sus hechos y actos, al contrario, es el primero en aplicarle la enseñanza vía el castigo haciéndole ver lo mal hecho que está. A la vez, es el primero, que un logro o virtud, que reconoce con agrado el buen trabajo y la trayectoria seguida. El hecho del 2 de Junio también afectó mis hijos, mi esposa, mis suegros, mis hermanos, mis cuñados, mis tíos y tías, mis primos y primas, mis padrinos y madrinas, mis seres queridos en general, mis amigos y amigas cercanas. A toda una región y a este país, no por la persona de Jordi Veras, sino porque sucedió a un hombre de trabajo, en su profesión y el oficio de la comunicación. Que creía y cree en el esfuerzo, en la disciplina y en el respeto a los demás. Que piensa que este país puede seguir adelante con los dominicanos y dominicanas de buena voluntad que somos los más. O sea, estoy definiendo con esto, al grueso de los que habitamos en esta bella tierra, son unos pocos los fiambres y los malvados, los que están haciendo bulla con su mal proceder, desde el ámbito público y privado. Deseo compartir con ustedes, que desde niño, cuando la Era de los doce años de Balaguer. Cuando mi casa en los Jardines Metropolitanos era ocupada o allanada por órganos de la policía de aquel entonces, buscando asuntos que pudieran vincular a mi padre con asuntos del comunismo y del terrorismo, buscando una forma de inhabilitar su pulcro y luchador ejercicio, a favor de los derechos humanos y de los presos políticos de entonces. Cuando era llevado preso por las razones ya aludidas y me enteraba porque veía a mi madre, Carmen, preparando la cantinita para llevarla a papi para que comiera, ya sabía que él estaba en problemas. Cuando todo esto pasaba, siempre rezaba a Dios porque no le pasara nada y que lo devolviera con vida y que siempre le colocara un Angel de la guarda. El Todopoderoso, siempre me escuchó y me ha escuchado. Luego de lo ocurrido y que he mencionado y que han sido apresados y señalados los imputados de mi hecho, Dios también me escuchó. Lo mismo, cuando permitió que se conociera el móvil que tantos maledicentes intentaron desviar de la realidad, Dios me escuchó. Ahora, le he pedido a nuestro Señor Jesucristo, que escuche mis oraciones de que mi padre tenga fuerzas, posea la energía, la vitalidad y el espíritu que siempre le ha acompañado. Que se recomponga emocionalmente de sus heridas en el corazón, que son las más difíciles, ante la virtual posibilidad de que hubiese muerto en aquel atentado. Que a pesar de que mi lucha es día a día, a nivel físico y emocional, deseo pedirle a todos orar porque mi papá se reponga y continúe adelante, como todo soldado. Animo papi, junto a tanta gente que ha sido solidaria con nuestro caso de familia, seguiremos adelante. El Todo poderoso está de nuestro lado y eso vale y pesa más que todo.
Tomado de http://diario55.net/
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