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Lourdes Contreras |
Archivo/Clave Digital |
Las activistas, representantes de las organizaciones que luchan por los derechos de la mujer, se presentaron al frente del Aula Magna, de la Universidad Autónoma de Santo Domingo (UASD), portando un letrero que rezaba “Julio Romero es un violador”. En el Aula Magna el PRD celebraba el acto de proclamación de todos los candidatos a las elecciones congresuales y municipales para mayo de este año.
Otro letrero reclamaba respeto para las mujeres y denunciaba las violaciones de las leyes que deben garantizar los derechos de las mujeres desde todas las instancias del Estado.
En momentos en que las mujeres, acompañadas de varios hombres que las apoyaban, caminaban hacia el Aula Magna, varios encargados de la seguridad de la UASD intentó cerrarles el paso, pero ante los reclamos de las mujeres, encabezadas por Lourdes Contreras y Lillian Fondeur, las cuales les advirtieron que ellas estaban ejerciendo un derecho constitucional, y tras la intervención de dirigentes del PRD que les dijeron a los custodios que no podían impedirles la protesta, optaron por dejarlas pasar hasta las cercanías de la puerta de entrada al local.
En esos momentos un grupo de seguidores de Julio Romero comenzó a vociferar insultos contra las manifestantes, acusándolas de estar pagadas por el Gobierno y por el oficialista Partido de la Liberación Dominicana. Poco tiempo después los perredeístas se tornaron más agresivos y de los insultos pasaron a la acción; comenzaron a empujar a las mujeres e intentaron arrebatarles los letreros, ante la resistencia de las mujeres, se sumó uno de los encargados de seguridad de la UASD, con acento extrajero, quien insultó a Lourdes Contreras y la tomó por los brazos. Entonces intervino el esposo de doña Lourdes, Narciso Isa Conde, que participó en la protesta en apoyo de las mujeres, y evitó que continuara la agresión.
Una situación similar ocurrió con la médica ginecóloga Lillian Fondeur, la cual exigió respeto al derecho a la protesta. Las mujeres se retiraron diez metros de la puerta pincipal del Aula Magna. Los perredeístas leales a Romero continuaron lanzando insultos y proclamando “¡Julio Romero, nuestro diputado!”.
Asimismo, justificaron la violación que Romero cometió con Yuilmi Peguero, argumentando que los padres de la menor consintieron la relación, y que supuestamente “son las mujeres que se ponen de chiviricas con los hombres, para después venir a reclamar”.Los agresores continuaban vociferando, y cada vez que se acercaba un periodista a tomar declaraciones a las mujeres, intentaban boicotear la entrevista lanzando insultos a toda voz.
De pronto intervino el periodista y dirigente perredeísta Luis José Chávez, que expresó a sus compañeros de partido: “¡Dejen a esas personas protestar, el PRD es un partido que ha contribuido a la democracia, y cree en esos principios, no podemos impedirles que protesten, dejen en paz a esas mujeres!”.
En la misma actitud se expresaron varios dirigentes del PRD que se acercaron a las mujeres y hombres que repudiaban a Romero y a Radhamés Ramos García (Chino), el cual recomendó a las mujeres que bajen de nalgas seis peldaños de una escalera cuando quieran interrumpir un embarazo, en vez de acudir a un médico para someterse a un aborto.
El grupo fue golpeado en el atrio del Alma Mater, el mismo lugar donde fue asesinada en los Doce Años de Balaguer la estudiante del PRD Sagrario Ercira Díaz Santiago, por tropas de la Policía.
“Llegamos con nuestras pancartas y los agentes de seguridad de la universidad y del PRD nos fueron encima, nos agredieron y nos insultaron sin contemplación, arrebatándonos violentamente dos de las tres pancartas que llevábamos con nuestros mensajes”, relató la doctora Fondeur a los medios.
La tercera pancarta no pudo ser destruida debido a que Lillian Fondeur se aferró a ella y no permitió que se la quitaran, a pesar de la violencia de sus agresores y la superioridad de su fuerza.
Lillian Fondeur definió el hecho como un acto bárbaro y antidemocrático que debe ser investigado por el rector Franklyn García, y que no debió ocurrir en un lugar como la UASD, que ha luchado por las libertades públicas.
“No puede ser que en un centro del conocimiento y de las ideas como la Universidad Autónoma de Santo Domingo haya sido agredido un grupo de ciudadanos y ciudadanos que sólo expresaban su desacuerdo y su protesta por un hecho que consternó a toda la gente decente de este país, como fue el delito que cometió Julio Romero”.
En el grupo agredido se encontraban además, Albania Genao, Virtudes de la Ros, y algunos hombres, entre ellos Domingo Abreu, Aníbal Féliz.
Las mujeres que protestaban distribuyeron el siguiente manifiesto:
Rechazo a Julio Romero
Están presentando como candidato a una persona que cometió un delito que él mismo reconoció.
¿Qué ejemplo le damos al país, a la pobación que va subiendo, a la juventud?
Con esta candidatura estamos enseñando que la ley es un instrumento inútil.La conducta de este hombre es un ultraje a la desigualdad de la mujer domnicana.
¿Cómo piensa representar a las mujeres una persona que ha delinquido, quebrantando la Ley 24-97, Ley No Violencia contra la Mujer?
Ha cometido uno de los delitos más graves que se puede cometer hoy en día.El Ministerio Público nunca lo investigó, lo protegió con su silencio y su inacción. Su partido lo está candidateando.
¿Para qué están sirviendo los poderes? Si seguimos promoviendo delincuentes, los partidos se van a convertir en un santuario de transgresores de la ley. Julio Romero no tiene condiciones, ni calidad moral, violó una niña, no debe estar en la boleta de ningún partido, le corresponde un reformatorio de violadores.
Lillian V. Fondeur Quiñones,
Lourdes Contreras.
Fuente : Clave Digital
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