Loma de Cabrera.- Fueron apresados en la comunidad de Palo Colorao dos de los supuestos atracadores que habían asesinado a dos personas para robarle.
Los nombrados Amaury Guzmán Polanco alias mano muerta, de 25 años de edad y Jairo Pimentel de 20 años, ambos oriundos de Puerto Plata, emprendieron la huida luego de haber dado muerte al sargento mayor de la Fuerza Aerea Dominicana Cornelio Ureña Guzmán, de 48 años de edad, quien había desempeñado un papel protagónico en el apresamiento y devolución de siete reses el fin de semana pasado y al teniente pensionado José Justo Cruz (Caché) de 58 años de edad, en momento en que éste trató de dispararle con su arma de reglamento.
Los presuntos delincuentes al no conocer el lugar donde se encontraban y al sentirse perseguidos por los cuerpos castrenses penetraron a la casa de un pastor evangélico, donde se encontraban él y su hijo de 7 años.
Una vez dentro del hogar encañonaron al niño y solicitaron la presencia de miembros de la prensa para entregarse, siempre y cuando se le garantizara la vida. El segundo teniente de la Policía Nacional Fernando Fernández, se presentó al lugar y fue el encargado de las negociaciones entre los presuntos delincuentes, los rehenes y los cuerpos militares integradas por miembros de la Policía Nacional, el Ejército Nacional y el Cuerpo Especializado de Seguridad Fronteriza (CESFRONT) Uno de los secuestradores pidió ser grabado vivo, tratando de prever que no se alegara intercambio de disparos, por lo que Javier Genao penetró a la residencia para filmarlos vivos. Fernando Fernández, quien estuvo a cargo de las negociaciones logró mediar exitosamente entre las partes y conducir a los secuestradores al destacamento de la Policía Nacional de Dajabón.
Los secuestradores mantuvieron encañonado al menor de edad desde el lugar del hecho hasta el cuartel policial de Dajabón. El General de la 4ta. Brigada del EN en Mao, Napoleón Terrero Figueroa se trasladó a Loma de Cabrera, donde encontró el contingente militar que venía de la comunidad de Palo Colorao donde se produjo el apresamiento. A los presuntos delincuentes se le ocuparon un fusil M16 con un cargador, el cual estaba asignado al sargento fallecido, dos revólveres calibre 38 y una pistola 9 milímetros.
Uno de los revólveres fue utilizado par darle muerte a un oficial en Puerto Plata, hecho por el cual estaban siendo perseguidos. El General de Mao Terrero Figueroa, el fiscal de Dajabón Juan Casilla Solís y el Gobernador Provincial Dr. Miguel Cruz, ofrecieron declaraciones a la prensa de lo sucedido.
Testimonios
Según declaraciones de los implicados en los asesinatos y secuestros, ellos forman parte de una banda integrada por 2 dominicanos y 3 haitianos. Los nacionales haitianos lograron cruzar la frontera hacia Haití, por lo que se deberá proceder a solicitar un proceso de extradición hacia la República Dominicana, situación que se complica ya que no existe tal acuerdo entre estos dos países. Antes de darle muerte al sargento, los presuntos asesinos habían secuestrado a una pareja de esposos para despojarlos de su motor, a quienes introdujeron al interior de una vivienda abandonada, donde lo amordazaron.
Los espsos Juan Carlos Cordero y Yahaira Jiménez, quienes ya habían sido maltratados, escucharon la voz del sargento Cornelio Ureña Guzmán que decía: “no me maten, no me maten”, en eso se escuchó un disparo, que fue el que le cegó la vida. La pareja de esposos al no escuchar ningún ruido, procedieron a desatarse y fue entonces que encontraron el cuerpo sin vida del sargento. Los secuestradores dejaron abandonado el motor de los esposos amordazados y se marcharon en la motocicleta del sargento.
Algunos testimonios dan cuenta de que los presuntos delincuentes dominicanos estaban negociando con los haitianos la venta de algunas armas de fuego, y que los haitianos al no tener la cantidad de dinero planearon salir a atracar algunas personas como forma de conseguir el efectivo. Informes dan cuenta que uno de los secuestradores había salido hace pocos días de la cárcel tras pagar una fianza.
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