martes, 17 de julio de 2012

Mujer embarazada se resistió a tratar su cáncer para salvarle la vida a su bebé

La madre finalmente murió pero su hija está sana y ya cumplió un año.

A la periodista española Bárbara Castro García, de 31 años, le diagnosticaron cáncer cuando tenía cuatro meses de embarazo. Ella podría haber iniciado un tratamiento, pero eso perjudicaría al bebé que llevaba en su vientre, así que optó por la vida de su hija y rechazó la ayuda médica, la bebe nació bien y ya cumplió un año, pero la madre murió hace dos semanas, ella llevaba dos años luchando contra el cáncer: “Bárbara dio su vida por amor hacia su hija, hacia mí y hacia Dios. Voy a honrarla como ella se merece”, dijo su esposo, el arquitecto Ignacio Cabezas. La pareja se casó en 2009, tras 11 años de noviazgo y su felicidad más grande era el bebé que estaban esperando, hasta que recibieron el diagnóstico médico: el 15 de julio de 2010 le confirmaron a Bárbara que tenía un tumor cancerígeno en la lengua. “Bárbara llevaba un tiempo quejándose de una llaga en la boca, por fin fue al dentista, que nos mandó al maxilofacial. Allí le dijeron que no tenía muy buena apariencia”, recordó Ignacio. Las pruebas y tratamientos propuestos ponían en riesgo la vida del bebé, así que “sólo se le pudo practicar una pequeña intervención en la lengua, que le produjo dolores que ni siquiera imaginaba que existían”, dijo el papá a los medios de comunicación. A la semana del nacimiento de la bebe, en noviembre de 2010, el cirujano maxilofacial atendió a Bárbara. Sus dolores eran insoportables. En esa ocasión, el médico, sorprendido, le dijo: “No sé cómo has podido llegar hasta aquí. Voy a hacer todo lo que pueda, pero la situación es muy seria”. Tras la operación, la mujer "se quedó casi sin lengua y sin una parte de la mandíbula. Desde entonces no pudo tragar ni un vaso de agua y se alimentaba por una sonda en el estómago", explicó Cabezas. Ahora su esposo le dirige una carta a su esposa y recuerda esos duros momentos: “Presentía que íbamos a sufrir mucho, que sería muy duro y probablemente muy largo, pero también te garantizaba que, por muy duro que fuera, más tarde yo me iba a encargar de que fueras la persona más feliz del mundo, que todo esfuerzo merecería la pena, que disfrutaríamos de nuestra hija y que nos teníamos que preparar para un tiempo indefinido y horrible –escribió Ignacio, en una carta a su esposa–. ¡Ganaremos vida mía, ganaremos! Hoy nos queda lo más difícil: buscarle sentido a todo esto que nos ha pasado”.
Con información de Efe, Diario Córdoba y La Gaceta.es.

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