Por Maria Isabel Soldevila
Cristian Fernández es un niño de 13 años que pronto podría ser condenado a 
cadena perpetua. Ha confesado haber matado a su hermanito de 2 años y abusado 
sexualmente de su hermanita de 5. Todos dicen que es un monstruo, que no merece 
ser juzgado como menor de edad. Ese niño, al que FoxLatino atribuye tener 
“parientes en República Dominicana”, tiene una historia que explica cómo una 
sociedad completa se hace cómplice de la tragedia. La madre de Cristian, Biannela Susana, lo tuvo a los 12, producto de una 
“relación” con un adulto de 20 -Antonio Fernández- que dijo hace poco a 
periodistas que Biannela, a sus 11 años “me buscaba, no me dejaba tranquilo” y 
que él solo le dio “el amor y afecto que no recibía de su madre”, por cierto una 
adicta a las drogas. Antonio Fernández, registrado por delito sexual (sí, porque 
tener sexo con una menor es violación), desapareció de la vida de Cristian desde 
que entró a la de Biannela Luis Galarraga- Blanco, un hombre que golpeaba y 
abusaba sexualmente de Cristian y que se suicidó pegándose un tiro delante de 
los dos hijos que procreó con Biannela, en el momento en que la policía iba a 
buscarlo precisamente con cargos de abuso infantil hacia el chico. Todos vieron el entorno de abuso y nadie hizo nada. Vecinos, parientes, 
autoridades dejaron que se construyera un infierno que terminó como comenzó: con 
violencia. En estos últimos días, una joven fue acusada de complicidad en el asesinato 
de su madre. Ella y su padre sostenían una relación incestuosa. Una adolescente de 14 confesó haber degollado a su abuela de 94 años. Una 
niñera fue condenada a 20 años por haber violado a una niña de 5 que estaba a su 
cuidado. Un diputado que violó a una jovencita fue acusado por la familia, que 
le había extorsionado, cuando este decidió no pagar.Vendieron a su hija. No 
estamos tan lejos, como sociedad, del caso de Cristian. Más vale que abramos los 
ojos y actuemos.
Fuente : Listin Diario 

 
 
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