NUEVA YORK.- La Policía de Inmigración y Control de Aduanas (ICE) y autoridades de Puerto Rico han desatado una cacería en los territorios de Estados Unidos y la isla caribeña para capturar al dominicano Miguel Hernández Bueno, un inmigrante indocumentado que prendió fuego a una casa en cuyo interior estaban su esposa, vecinos y otras personas. Junto a la ICE, oficiales de la División de Propiedad del Cuerpo de Investigaciones Criminales de Puerto Rico, se han sumado a la búsqueda de Hernández quien está acusado de violencia doméstica e intento de asesinato. El hecho ocurrió el 12 de octubre cuando después de discutir con su mujer, Hernández trató de quemarla prendiéndole fuego a la residencia situada en la urbanización Country Club de Río Piedras. El siniestro destruyó parcialmente el inmueble y objetos valorados en unos $15.000 dólares. La jueza Yadel Ramos Colón del Tribunal de Investigaciones de Puerto Rico decidió que hay causa probable para arrestar y acusar a Hernández Bueno y ordenó su apresamiento, imponiéndole una fianza de $250.000 dólares. Diana Rodríguez, agente de la policía envuelta en las investigaciones confirmó el estatus ilegal del dominicano. Las autoridades dijeron que después de tres semanas de que la ex pareja de Hernández Bueno que estaba en la vivienda con los tres hijos de ambos, rompiera relaciones con el hombre, el prófugo le pidió hablar con ella, pero se negó. La reacción inmediata fue la de quemar la casa con la mujer, los hijos y las otras personas dentro y Hernández Bueno comenzó a incendiar el inmueble por la planta baja. La pareja llevaba 13 años de relación y vivían en el primer piso. En la segunda planta reside un matrimonio con un niño. Las autoridades dijeron que la ex mujer de Hernández Bueno, quien no ha sido identificada corrió a la segunda planta buscando refugio con los vecinos. El hombre mojó sábanas con el gas de la estufa y les prendió fuego, regándolas por toda la casa. Se dijo que el dominicano usaba una identificación falsa con la que trabajaba como guardia de seguridad. Todos los ocupantes de la vivienda resultaron ilesos.
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